martes, 23 de noviembre de 2010

Una de cal y una de brea


Estas dos notas que pueden leer a continuación aparecieron sucesivamente, una el 22 y la otra el 23 de noviembre de 2010 en el diario Página/12 de Argentina. En ellas me ha resultado notable entrever como la memoria y la desmemoria pueden hacer esclarecedoras reparaciones o descomunales estragos según como se las aplique. Acuerdensé, y no se olviden. Agur. Mariana Hernández Larguía

LA EX PAREJA DE UN ASESINO CUENTA COMO FUNCIONABAN LOS PARAMILITARES
La CNU contada desde casa

Su testimonio es clave para la Justicia en la investigación del papel de la represión clandestina ejercida por el Estado desde 1975. Pero Mirta Masid también accedió por primera vez a contar en una entrevista periodística la historia que vio como pareja de un comando operativo de la Concentración Nacional Universitaria.

Por Martín Granovsky
Es la primera vez que aparece su nombre en público. Mirta Masid ya declaró dos veces en la Justicia con identidad reservada y ahora concede una entrevista periodística. Su relato está marcado por una sigla, CNU, la Concentración Nacional Universitaria. Nació en 1968 como una fuerza de choque dentro de la derecha peronista y en 1975 se convirtió en una herramienta del Estado. Dependía de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y de las Fuerzas Armadas. Masid vio parte de esa transformación desde su casa: fue pareja de Carlos González, “Flipper”, uno de los asesinos de la CNU.
Mirta Masid declaró ante la Justicia como parte del Programa Verdad y Justicia del gobierno nacional y amparada en el Programa de Protección de Testigos.
Cuenta Masid, que da su nombre pero no quiere fotos, a Página/12: “El asesinato de Silvia Filler fue el primer patinazo de la CNU. Entraron armados a la universidad y empezaron a los tiros. Filler sabía que ellos iban a romper la asamblea. Fue más que eso. La mataron”.
Era diciembre de 1971 en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Provincial de Mar del Plata, que aún no tenía universidad nacional. La Justicia condenó por homicidio a Oscar Héctor Torres, que fue quien realizó el disparo que dio en la frente de Filler y la mató. También sentenció a Raúl Arturo Viglizzo, Marcelo Arenaza, Ricardo Alberto Cagliolo, José Luis Piatti, Alberto José Dalmaso, Raúl Rogelio Moleón, Eduardo Salvador Ullúa, Luis Horacio Raya, Eduardo Aníbal Raya, Oscar Silvestre Calabró, Carlos Roberto Cuadrado, Ricardo Scheggia, Carlos Eduardo Zapatero, Martha Silvia Bellini y Beatriz María Arenaza.
Quedaron libres en 1973, beneficiados por la Ley de Amnistía votada por el Congreso a instancias del presidente Héctor Cámpora.

Toby

“Yo estaba casada con mi primer marido, y era una señora de mi casa que no trabajaba”, recuerda Masid. Entonces simpatizaba con el Partido Socialista de los Trabajadores, el PST, que llevó de candidato a presidente en 1973 a Juan Carlos Coral.
En ese momento Mar del Plata recibía todos los veranos un aluvión turístico pero el resto del año era una aldea donde todos se conocían. En la secundaria, que cursó a fines de los ’50 y principios de los ’60, Masid fue primero al San Vicente y luego al Comercial. Tiene grabada la imagen de un profesor, Adolfo Domijian, “uno de los mejores que tuve”. Daba Derecho Comercial. El alumno que más le discutía era Ernesto Piantoni. También fue al secundario con Gustavo Demarchi.
Piantoni llegaría a ser el jefe de la CNU en Mar del Plata. Demarchi terminaría como fiscal. Desde su cargo sería, como mínimo, el gran amparo de los grupos de choque.
Cuenta Masid: “El padre de Piantoni tenía mucho dinero. En una época donde todos íbamos a bailar y bailábamos, Ernesto Piantoni se sentaba solo a una mesa con una chica muy educada. Siempre marcaba una diferencia. Como si no se mezclara. Era gordito, rubicundo, blancuzco. No era una persona muy agraciada. Tenía voz finita y lo llamaban Toby, como el personaje de historieta”.
Lo mismo pasó en el casamiento de Raúl Viglizzo, uno de los condenados por el asesinato de Filler. “La fiesta fue en el Círculo Militar porque la chica era hija de militares. Estábamos los reos por un lado, tirados arriba de la mesa por la novedad de los bocaditos de caviar, y Piantoni a distancia, en otro lado.”
Salvo Piantoni y alguno más, la generación que cumplió los 20 alrededor de 1966 usaba jean y pelo largo. E incluso después del asesinato de Filler, los marplatenses que militaban en política seguían mezclándose. Así fue entre 1973 y 1975. “Bar hasta las cinco de la mañana”, cuenta Masid. “Hablar de política. Ir a las peñas, como la de Julio Bosata, en Los Pinos de Anchorena, cerca del complejo universitario. El bar Artus. A El Bilbaíno iba a todo el mundo. Grupos de izquierda y también de derecha. Se retrucaba con cantos de la Guerra Civil Española. Unos cantaban canciones republicanas. Otros contestaban con las franquistas. Y también el sexo era una estrategia, porque así se conquistaban militantes. En las peleas, en ese momento no se pasaba de los gritos o los cantitos. A la vez, cada uno tenía también sus lugares preferidos. Los de la CNU iban todos los mediodías a la confitería del Hotel Argentino. También a una cervecería de unos holandeses, Old Dutch, en Belgrano y Mitre. Creo que era de los Hooft.”
Hijo de un nazi holandés refugiado en la Argentina, Pedro Hooft fue hecho juez por la dictadura, en 1976. Los familiares de los secuestrados en la Noche de las Corbatas, de 1977, lo acusaron de actuar por omisión o por complicidad directa con la privación de la libertad y el asesinato de las víctimas, todos ellos abogados.
Según Masid, los profesionales y los abogados eran la capa superior de la CNU. “Por un lado estaban ellos, con una posición social determinada y, por otro, los vagos, las bases, los más pobretones, los que no habían terminado el secundario o tenían algún antecedente penal por robo.”
Desde noviembre de 1973 su conocimiento de la CNU se hace más personal: forma pareja con Flipper.
A veces Flipper y sus amigos de la CNU se juntaban a discutir lo que leían. Cuenta Masid: “Hablaban de la aventura, de vivir peligrosamente. Declamaban. Leían a Nietzsche. También a Lartéguy. Estaban los centuriones, los pretorianos y los mercenarios. Los centuriones guerreaban por ideales. Los mercenarios, por dinero. Los pretorianos, por la guerra misma. Ellos se decían pretorianos. Criticaban a los que llamaban ‘los bolches’. Hacían comentarios antisemitas. Una vez se corrió la bolilla de que a una chica la había desvirgado un judío. Se la agarraron con el tipo. Primero porque se casaría con una novia desvirgada. Y además, porque había dejado de ser virgen por un judío. Para ellos era tremendo. Casarse con una mujer virgen era un orgullo. Muchos de los que tuvieron hijas les pusieron Celeste de nombre. Leían a Marechal y especulaban sobre las batallas celestes y las mujeres celestes”.
Masid no recuerda qué leían los CNU de Friedrich Nietzsche, el filósofo alemán que había muerto en 1900. En su última declaración en la Justicia escuchó un murmullo entre los imputados. “¿Leíamos Nietzsche? ¿Y qué era? ¿Así hablaba Zaratrustra?”
Ni el pobre Nietzsche ni, menos aún, el pobre Leopoldo Marechal de Megafón o la guerra, que murió en 1970 reivindicado por los cristianos de base tras haber agregado a su peronismo la defensa de la revolución cubana, podrían responder al misterio de qué interpretaban en ellos los miembros de la CNU. En cambio, es menos misterioso el cuadro de la Argentina en 1975. Muerto Juan Perón el 1ª de julio de 1974, el Estado intensificó la represión con fuerzas propias que actuaban como clandestinas. En Mar del Plata una de esas fuerzas fue la CNU, involucrada además en otra batalla terrenal: la disputa dentro de la Iglesia Católica contra los cristianos de base, el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y los obispos que le dieran cobijo o, aun, que no les declarasen la guerra. Para la CNU, en Mar del Plata uno de los blancos era el obispo Eduardo Pironio.
Una base de los cruzados era la Universidad Provincial, donde el CNU Eduardo Cincotta, fallecido el año pasado en la cárcel como procesado, era entonces secretario general.
Pero en 1975 el asunto ya no era interrumpir una asamblea a tiros y matar al voleo. Hubo un día –una noche– en que la historia de Mar del Plata cambió y la patota dejó de confundirse con lecturas dispersas. El 20 de marzo fue asesinado Ernesto Piantoni, el Toby del relato de Masid, que seguía en pareja con Flipper y trabajaba en la Universidad Provincial. “Yo trabajaba, pero otros tenían contratos y no iban. Era ñoquis. Disponían de su tiempo para la CNU. Cuando me enteré de la muerte de Piantoni, por radio, a las 11 de la mañana, me puse muy mal. No sabía qué, pero sabía que un desastre pasaría.”
El desastre ocurrió en la madrugada del 21, luego del velatorio de Piantoni. La patota buscó en sus casas y mató a Enrique Elizagaray, Guillermo Videla, Jorge Enrique Videla, Jorge Lisandro Videla y Bernardo Goldemberg. Por uno (Piantoni), cinco de ellos. Cada uno fue acribillado con decenas de balazos, al estilo ostentoso de las masacres mafiosas.
Masid dice que los CNU hablaban sobre esa noche borrachos de Chivas Regal.
La patota no ocultó su identidad. Como protección, dos meses después el fiscal Demarchi ya pedía el sobreseimiento de la causa. Lo ayudaba el oficial segundo de tribunales Eduardo Ullúa, que renovaba su historia después de la condena por Filler.
Dice Masid que ella imaginaba la participación de Flipper pero que éste, además, se lo contó. Recuerda que por la muerte de Piantoni llegaron cuadros de la CNU de Buenos Aires y La Plata. Incluso Patricio Fernández Rivero, a quien los demás llamaban “El Patriarca” cuando aún no llegaba a los 30. Hoy tiene 64 años. Es el mismo que el último jueves fue detenido en Alta Gracia para ser investigado por crímenes de lesa humanidad a pedido del juez marplatense Rodolfo Pradas. También fue detenido, en La Plata, Mario Durquet.

Floristas

Al margen de la vendetta en la madrugada de marzo, en los meses siguientes la CNU redoblaría su letalidad ya como instrumento pleno del Estado.
Masid recuerda la muerte de Daniel Gasparri, un militante del FEN, Frente Estudiantil Nacional, que en ese momento era una organización de la llamada izquierda nacional dentro del peronismo. “Mataron a unos floristas que tenían el puesto a la vuelta de la Catedral. Según ellos, era una forma de vengarse de Pironio porque decían que protegía a los montoneros. También secuestraron y mataron a María Maggi, la decana de la Universidad Católica. Argumentaban los mismos motivos: venganza contra Pironio.” (Pironio terminaría hecho cardenal y con destino en el Vaticano. En su libro La mano izquierda de Dios, Horacio Verbitsky escribe que desde Roma Pironio transmitió a su viejo amigo Emilio Mignone que ante el secuestro de la hija de éste no podía hacer otra cosa que orar.)
Dice Masid que, en una de sus declaraciones, uno de los defensores de los ex CNU inculpados la increpó y le preguntó por qué había continuado la pareja con González. “Yo venía de pasar momentos muy bravos en la vida personal. Carlos me ayudó mucho a salir del pozo. Era alegre, solidario. Pero empezó a caer en ese abismo de las muertes. Al final andaba como desesperado. Decía que no podía vivir con tantas muertes en su conciencia.”
Flipper, que también usaba facas y podía dar puntazos en medio de una pelea, murió matando a los 25 años, en noviembre de ese mismo 1975. La CNU, según Masid, tenía dos relaciones sindicales. Una era el Sindicato Unido Petroleros del Estado. El otro, el Vitivinícola. El primero estaba controlado por Diego Ibáñez, años más tarde socio de Alfredo Yabrán y primer presidente del bloque peronista, con hegemonía de los dinosaurios, en 1983. El segundo, Foeva, estaba bajo el mando de Fernando “El Loquito” Catugno.
Flipper y otros miembros de la CNU viajaron a San Juan. Les encargaron el asesinato de Pablo Rojas, diputado nacional justicialista sanjuanino. Hicieron un trabajo de inteligencia previo y esperaron que fuese a cenar a lo de un amigo. Uno le desinfló una cubierta. A la una de la madrugada Rojas salió de cenar, fue hacia el auto y se agachó al ver la goma demasiado baja. Escuchó pasos y metió la mano en la cintura. Estaba armado. Se dio vuelta y le disparó a Flipper, que le disparó a él. Mientras Flipper caía muerto, otro miembro de la patota remató a Rojas.

Listas

El relato de Masid a Página/12 no sólo incluye santuarios sindicales, judiciales y universitarios para la CNU. Masid también menciona la dependencia de la patota y sus jefes respecto del Estado en la comisión de cada crimen. “Por lo menos una vez por semana se reunían en el GADA. Para eso se vestían mejor, con corbata. Y además de los hechos que cometían, hacían listas. Lo sé por experiencia propia. Tengo un cuñado desaparecido, Pablo Trejo Vallejos. Antes de morir, Carlos me dijo un día que estaban confeccionando listas y me recomendó que le avisara a Pablo. ‘Decile que se vaya’, me pidió. Yo avisé, pero nadie me creyó. Y en 1977 lo secuestraron y está desaparecido. Me acuerdo que una vez fue a mi casa, con Carlos en vida, un muchacho joven que trabajaba en la Clínica Colón, supongo que de camillero. Y Carlos me dijo: ‘Este está con nosotros, marcando gente’. Bueno, mi cuñado trabajaba en la Clínica Colón. Los de la CNU robaban coches para uso personal, para sus operativos y para la policía.”
El GADA es el Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601 de Mar del Plata, eje de la masacre en Mar del Plata antes y después de la dictadura. Cincotta reportaba al GADA. Según documentación de la ya disuelta Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, aportada a los juicios por la verdad y a los juicios penales posteriores por la Comisión Provincial por la Memoria, miembros del GADA usaban tarjetas de Demarchi como protección. Y Ullúa era su jefe.
Hay nombres que se repiten. Los imputados por el juzgado federal número tres de Mar del Plata son Gustavo Demarchi, Raúl Viglizzo, Juan Carlos Gómez, Eduardo Salvador Ullúa, Daniel Ullúa, Oscar Corres, Mario Durquet, Marcelo Arenaza, Beatriz Arenaza, Fernando Delgado, Nicolás Caffarello, Piero Asaro, Juan Carlos Asaro, José Luis Granel, Roberto Coronel, Roberto Justel, Ricardo Oliveros y Fernando Otero. En el plano penal los querellantes no les imputan haber sido parte de una organización fascista, que no es un delito de lesa humanidad, sino una rama del Estado terrorista que secuestró, torturó y mató.
En 1976 los directivos de la Universidad Provincial le pidieron a Masid que grabara clases. Esa tarea era parte del espionaje habitual de la dictadura. Renunció y empezó a temer por su seguridad. Antes de irse a vivir a España, de donde después regresó, dice que le allanaron dos veces la casa. “Solo me faltó una cosa: las fotos de los casamientos, donde aparecían todos. Fue lo único que se llevaron.”


El recorte de fondos como política del olvido

La Defensoría del Pueblo de la ciudad advierte que la ex ESMA, Orletti, Olimpo y otros sitios de la memoria sufren daños y peligro de derrumbe. Para el IEM, “el proceso de desfinanciamiento” paraliza las obras.

Por Werner Pertot
La ESMA, el Olimpo, el Atlético, Automotores Orletti y Virrey Cevallos son cinco nombres asociados al terrorismo de Estado. Los cinco ex centros de detención clandestinos (CCD), que guardan entre sus paredes el testimonio de la represión ilegal, dependen para su conservación del Instituto Espacio para la Memoria (IEM) que, a su vez, debe ser financiado por el Gobierno de la Ciudad. Un informe de la Defensoría del Pueblo porteña indica que los cinco sitios están en un estado que incluye, según el caso, desde grietas en los techos hasta el posible peligro de derrumbe. Para el IEM, el deterioro tiene una explicación: la asfixia presupuestaria que viene imponiendo año a año la gestión de Mauricio Macri. La oposición porteña impulsa una ley de emergencia edilicia y advierte que el PRO la quiere cajonear.
En 2009, el IEM –un ente autárquico que reúne a los distintos organismos de derechos humanos– tenía una partida para refacciones de 25 millones de pesos y el Ministerio de Hacienda porteño la restringió en 15 millones, lo que implicó una reducción del 38 por ciento. Para este año, la gestión PRO envió un presupuesto que preveía un millón y medio para arreglar los edificios, pero la Legislatura se lo aumentó a 6,3 millones. Sin embargo, en enero fue reducido por el Gobierno macrista en cinco millones. El truco suele ser habilitarles el dinero en los últimos días del año, para que no lo puedan utilizar.
Grietas de la memoria
La Legislatura recibió un informe de la Defensoría del Pueblo porteña, firmado por Alicia Pierini, en el que detalla uno por uno el grave estado en el que se encuentran los sitios de la memoria.
- Ex ESMA. Se trata del ex CCD emblemático del país que fue transferido a la ciudad en un acuerdo que firmaron Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra en 2004. La Marina, comandada por el fallecido Emilio Massera, lo utilizó como campo de concentración entre 1976 y 1983, y se calcula que pasaron aproximadamente cinco mil personas por allí.
Según el informe de la Defensoría, en el Casino de Oficiales “es imprescindible comenzar con las reparaciones, ya que debajo de las cubiertas se encuentran los principales sitios de tortura y reclusión: Capucha, El Pañol, Capuchita”. “Las tejas de todo el predio han sufrido un daño general a causa de los granizos”, indica el informe. El Pabellón COI y la enfermería “lamentablemente se encuentran en mal estado de conservación. La enfermería presenta graves deterioros en la cubierta, cielorrasos derruidos y está desmantelada en su totalidad. Sólo por las señalética y algún equipamiento en desuso se puede adivinar su antiguo funcionamiento”. También el taller de automotores y el edificio de la imprenta “se encuentran en estado de avanzado deterioro, sin acciones de conservación”.
- Garage Olimpo. Originalmente una estación de tranvías, funcionó durante seis meses como CCD del Ejército, entre agosto de 1978 y enero de 1979. Dependía de Guillermo Suárez Mason y pasaron por allí unos 700 detenidos-desaparecidos.
El edificio está “en un estado avanzado de deterioro, presentando grietas y fisuras”. “Los riesgos emergentes están en la cubierta, que por su data (principios del siglo XX) debiera ser reemplazada íntegramente y, considerando que por debajo de la misma se encuentra ‘El Pozo’, como se denomina al lugar donde se alojaban las celdas y se encuentra la mayor cantidad de testimonios, es de carácter urgente implementar estas acciones”, advierte la Defensoría. “El sistema de desagüe pluvial se encuentra en muy malas condiciones”, describe. También señala que hay una “escalera de madera que por su mal estado no permite subir en forma segura al público” que visita el ex CCD.
- Automotores Orletti. Fue el CCD de coordinación del Plan Cóndor, como se llamó al acuerdo recíproco entre las dictaduras para perseguir e intercambiar secuestrados. Dependía de la SIDE.
El edificio “presenta serios problemas en la cubierta de chapas que, por su antigüedad y falta de mantenimiento, permite el paso del agua, causando daños en el sector más sensible de este ex CCD”. “La cubierta, los desagües y las canaletas están en pésimo estado. Las claraboyas sobre el taller mecánico también deberán ser intervenidas y detener el deterioro que producen las filtraciones”, recomienda.
- Virrey Cevallos. Fue un CCD de la Fuerza Aérea, uno de los pocos de los que existen sobrevivientes. La Legislatura lo declaró sitio histórico para preservarlo, algo que no está ocurriendo según la Defensoría: “Se deberán adoptar medidas de forma urgente para impedir que el deterioro del inmueble siga avanzado. No se trata de ‘restauración arquitectónica’, ni de ‘embellecimiento edilicio’, sino de ser coherente con el objetivo fundamental de estos espacios de conservación patrimonial del testimonio, destinados a conservar la verdad histórica”, remarca la Defensoría sobre el lugar donde funcionó un CCD de la Fuerza Aérea. “El estado del edificio es de alto riesgo desde el punto de vista estructural, con gran deterioro de la estructura (...). Se encuentra en grave estado y apuntalada”, advierte. “No se hicieron cateos estructurales para determinar el riesgo de derrumbe, pero el estado de deterioro por corrosión de los perfiles permite suponer que sin el apuntalamiento de la estructura sería imposible habitar el lugar.”
Asfixia
En respuesta a un pedido de informes de la legisladora Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica), el IEM detalló que “durante el primer trimestre de 2009, el Ministerio de Hacienda modificó el crédito vigente, que pasó de 17 millones a 10 millones, eliminando siete millones sancionados por la Legislatura para obras en la ex ESMA. Estos 10 millones fueron restringidos en su totalidad”. Este año, las cosas no mejoraron: en su proyecto de presupuesto para 2010, la gestión PRO envió 1.419.900 para obras en los ex CCD. La Legislatura lo aumentó a 6.525.000 pesos.
Sin embargo, en septiembre, el IEM informó que Hacienda había restringido ese presupuesto a comienzos del año: “La partida está restringida desde el mes de enero por la suma de cinco millones. En consecuencia, el importe disponible es de 260 mil pesos para cada sitio”, indicó la directora del IEM, Ana María Careaga. “Las restricciones presupuestarias y el proceso de desfinanciamiento de las obras en los sitios de memoria han ocasionado la paralización de las obras en trámite y han imposibilitado iniciar nuevas obras que ya cuentan con los pliegos elaborados por este Instituto”, destacó.
El IEM envió un informe con las refacciones necesarias que quedaron paralizadas en cada ex CCD:
- Ex ESMA. La restauración de cubierta en el Casino de Oficiales, la enfermería, el pabellón COI y en el emblemático edificio de las cuatro columnas. “La obra es fundamental para poder garantizar el uso del edificio”, advierte. En todos los casos, el IEM elaboró el pliego de licitación, pero no estaba el dinero disponible para poder ponerla en marcha.
- Atlético. Formó un circuito junto con los CCDs Banco y Olimpo, adonde se trasladaron los mismos represores, parte de los detenidos e incluso el mobiliario de los campos. El edificio fue demolido por la dictadura a fines de 1977 y sobre él se construyó la autopista. Antes de la gestión de Macri, el gobierno porteño hizo una excavación en la que se encontraron los restos del sótano.
Una serie de obras de arquitectura está paralizada por la falta de liberación de los fondos, pero la obra más importante es de submuración, es decir, la implantación de una estructura independiente de contención. “El Ministerio de Hacienda eliminó el crédito en 2009 y lo restableció después de numerosos reclamos y denuncias”, advirtió el IEM. Por esto, la gestión PRO debió responder a un pedido de informes del juez federal Daniel Rafecas. Sostuvieron que “en el marco financiero vigente debieron adoptarse criterios restrictivos en materia de ejecución presupuestaria”.
- Virrey Cevallos. El IEM no pudo licitar, por el ahogo presupuestario, la reparación de la estructura y las cubiertas. Con respecto a la restauración de la fachada, Hacienda rechazó la licitación y les planteó que “en el marco de la restricción financiera vigente, ese Instituto proceda, respecto de la obra, de acuerdo con las disponibilidades crediticias con las que cuenta”. En la ejecución presupuestaria del 30 de septiembre de 2010 que envía Hacienda a los legisladores, aparece con un crédito vigente de cero: cero peso disponible para obras en los ex centros clandestinos.

martes, 16 de noviembre de 2010

Golondrinas de un solo verano


Les dejo la letra del tango "Golondrinas", de Alfredo Le Pera, una nota sobre las inmigrantes femeninas aparecida en Página/12 y un abrazo sincero. Mariana Hernández Larguía.

Golondrinas

Golondrinas de un solo verano
con ansias constantes de cielos lejanos...
Alma criolla, errante y viajera,
querer detenerla es una quimera...
Golondrinas con fiebre en las alas,
peregrinas borrachas de emoción...
Siempre sueña con otros caminos
la brújula loca de tu corazón...

Criollita de mi pueblo,
pebeta de mi barrio,
la golondrina un día
su vuelo detendrá;
no habrá nube en sus ojos
de vagas lejanías
y en tus brazos amantes
su nido construirá.
Su anhelo de distancias
se aquietará en tu boca
con la dulce fragancia
de tu viejo querer...
Criollita de mi pueblo,
pebeta de mi barrio,
con las alas plegadas
también yo he de volver.

En tus rutas que cruzan los mares,
florece una estela azul de cantares
y al conjuro de nuevos paisajes
suena intensamente tu claro cordaje.
Con tu dulce sembrar de armonías
tierras lejanas te vieron pasar;
otras lunas siguieron tus huellas,
tu solo destino es siempre volar.

Letra: Alfredo Le Pera
Música: Carlos Gardel

CUADERNOS DEL PENSAMIENTO CRITICO LATINOAMERICANO
Migraciones en debate. Mujeres migrantes
TRAYECTORIA LABORAL Y PERSPECTIVA DE DESARROLLO HUMANO*

Por Gloria Camacho**

La migración internacional contemporánea no puede explicarse únicamente como consecuencia de los efectos de “expulsión” de los países de origen de las migraciones, sino que hay que comprenderla dentro del contexto social, económico y político mundial. Es necesario resaltar el papel fundamental que han jugado los procesos de globalización y de liberalización económica; el predominio de la economía del mercado que fomenta la competencia y la resolución individual de la supervivencia; sin desconocer el desarrollo tecnológico que han facilitado el transporte, las comunicaciones y la circulación permanente y casi simultánea de información. La globalización ha producido una refuncionalización de las migraciones a nivel global, debido a que los mercados de los países más ricos demandan mano de obra barata para mantener la economía sumergida, en la que se asienta gran parte de su desarrollo y prosperidad. Los procesos de urbanización de las grandes ciudades y el impacto de los cambios económicos globales han generado una nueva estructura social de las urbes que se expresa en transformaciones profundas de la organización del trabajo, en una polarizada distribución de los ingresos y una modificación de los patrones de consumo. Estos cambios han acentuado las desigualdades socioeconómicas al interior de las ciudades y países, como también entre las distintas regiones del orbe.
Una de las principales características y modalidades de las corrientes migratorias actuales es la progresiva incorporación de las mujeres a los movimientos migratorios transfronterizos, llegando a constituir la mitad de la población que se desplaza por el orbe. Si bien las mujeres siempre han formado parte de las migraciones internas e internacionales, sea para apoyar el proyecto migratorio de los hombres de su familia o por cuestiones económicas, el desplazamiento actual se caracteriza porque las mujeres ya no viajan para acompañar a sus pares masculinos, sino que lo hacen de forma autónoma y con fines laborales orientados a garantizar su subsistencia y la de sus hogares.
Hay una clara relación entre la feminización de la fuerza de trabajo y de la pobreza producidas en el contexto del desarrollo capitalista y de la globalización económica, con la cada vez mayor presencia de mujeres en los movimientos migratorios. En los países de destino de la migración, y en España en particular, la creciente feminización de la fuerza de trabajo, junto al envejecimiento de la población y a la nueva división del mercado laboral, son factores claves que han conducido a que la reproducción social se resuelva comprando una serie de bienes y servicios en el mercado, o contratando a otras mujeres, generalmente inmigrantes, para realizar el trabajo doméstico y las tareas de cuidado que demanda un hogar. Se trata de un proceso de externalización y mercantilización del trabajo reproductivo, realizado sobre la base de las ventajas o desventajas que provienen de la condición de clase y la pertenencia étnica de las mujeres, poniendo en evidencia la permanencia de la estructura patriarcal y profundizando las asimetrías intragénero a nivel transnacional.
En el caso particular de la migración ecuatoriana hacia España, mirada desde el contexto de origen, constatamos el impacto del deterioro socioeconómico sufrido por el Ecuador a partir de la aplicación de las políticas de ajuste y de promoción de las exportaciones, las mismas que no lograron reactivar la producción ni superar el estancamiento económico sino, más bien, profundizaron la pobreza, la exclusión y la desigualdad social, étnica y regional. A finales de los noventa esta situación se agravó por una serie de factores del contexto internacional y nacional provocando, entre 1998 y 1999, la más severa crisis económica y social de la historia reciente ecuatoriana, marcada por una profunda inestabilidad política, un fuerte descontento popular y una pérdida de credibilidad en el país.
Hemos comprobado cómo el contexto nacional de crisis y la pérdida de perspectivas de futuro entre la población crearon un marco propicio para generar un movimiento migratorio nunca antes visto, pues más de un millón de ecuatorianos, equivalentes a una sexta parte de la fuerza laboral, abandonaron el país en el último decenio. La información recabada indica que la debacle económica y financiera golpeó y empobreció sobre todo a las capas medias y bajas del Ecuador que al ver reducidas sus condiciones de vida, optaron por buscar nuevas oportunidades en el exterior. Al determinar el sector socioeconómico de la población migrante ecuatoriana, pudimos constatar que está conformada por mujeres y hombres urbanos, con una importante formación y experiencia laboral, pero también con recursos para afrontar los costos que demanda un viaje hacia el extranjero. Asimismo, determinamos que, aunque en menor escala, los pobres también engrosaron los flujos migratorios, sobre todo partieron hombres pertenecientes a familias campesinas o vinculadas a la actividad agrícola; quienes contaron con el apoyo de emigrantes previos y de las redes que funcionan en las zonas de antigua migración, sobre todo en el Austro serrano.
Además de ser perjudicadas por el deterioro socioeconómico provocado por la crisis, las mujeres enfrentaron una agudización de las discriminaciones de género en el mercado laboral, en aspectos como salarios, desempleo, pérdida de empleo, condiciones de inserción laboral, subempleo. Por ello, sin desconocer la intervención de otras variables como la presencia de redes o las motivaciones de género, concluimos que el empobrecimiento y el deterioro de las condiciones de vida de los hogares, la discriminación en el mercado de trabajo, el alto desempleo femenino y la sobrecarga de responsabilidades a raíz de la crisis fueron factores determinantes para que las mujeres ecuatorianas salieran en busca de mejores oportunidades en otros países.
La migración femenina actual ha dejado de ser exclusivamente el resultado de una estrategia familiar. Las motivaciones de las mujeres no son sólo de orden económico o relacionadas con el empleo, sino que incluyen razones de índole personal y de género en forma significativa, como son: alejarse o huir de contextos familiares conflictivos o de relaciones de pareja maltratantes, el afán de superar las dificultades que implica la jefatura de hogar femenina; o, la búsqueda de mayor autonomía, de nuevos horizontes y de otras oportunidades para su desarrollo personal. Estos hallazgos dan o amplían de contenido a la afirmación de que las movilizaciones humanas son multicausales y que el sistema de género juega un papel fundamental en los procesos migratorios femeninos.
El perfil de la población ecuatoriana emigrante es amplio y diverso, incluye a mujeres y hombres de todas las edades y estratos sociales, procedentes de las distintas regiones y áreas de la geografía nacional. No obstante, hemos evidenciado que hay una clara feminización de la corriente, un predominio de población joven, y perteneciente a los sectores medios bajos urbanos. Las principales características de las mujeres migrantes que hemos determinado, señalan que más del 70% son jóvenes en plena edad productiva y reproductiva; que tres de cada cuatro son de origen urbano; que la proporción de mujeres en los flujos migratorios es mayor en las zonas con alta incidencia de desempleo; y, que existe un predominio de solteras y un número significativo de jefas de hogar. La escolaridad de las mujeres de nuestro universo de estudio es de 11,7 años, valor superior a la media nacional de 8,4 años y a la urbana que llega a los 9,7 años de estudios.
Otros rasgos novedosos de la migración femenina reciente es que las mujeres se dirigieron hacia nuevos destinos, sobre todo a España e Italia; que muchas veces viajaron liderando los proyectos migratorios familiares o locales; que lo hicieron como trabajadoras independientes; y, que se constituyeron en piezas claves de la subsistencia de sus hogares, aportando a la dinamización económica de sus lugares de origen.
La información y el análisis de la trayectoria laboral de las inmigrantes ecuatorianas nos permite afirmar que hay un radical cambio en el tipo de trabajo que realizaban las mujeres en el país de origen, con relación al que hacen en destino, pues su nueva inserción es en ocupaciones de menor estatus, donde su formación y experiencia es subutilizada. Hemos encontrado que la principal mudanza es la masiva inserción de las mujeres en el servicio doméstico; ya que mientras en el Ecuador menos del 10% laboraba en esa rama, al llegar a España el 81% lo hicieron y, al momento actual, el 61% de mujeres realiza dicha actividad. De otro lado, verificamos que las mujeres pierden presencia en las ramas de mayor prestigio, como es el trabajo en servicios sociales, en salud o educación.
Otro cambio que hemos observado en la trayectoria laboral de las mujeres es con respecto a la categoría de ocupación, pues en España más del 90% de inmigrantes ecuatorianas son trabajadoras asalariadas, cifra muy superior al 57% que se ubicaban en dicha categoría en origen. En consecuencia, mientras en el Ecuador el 26% trabajaba de forma autónoma, en España apenas el 2,1% pueden hacerlo. En términos de estatus también se encuentra un descenso significativo, ya que del 11% de mujeres que eran patronas o socias activas en el país de origen, ninguna estuvo en esa categoría en la fase de llegada al país de destino y, actualmente (5,2 años de estadía en promedio) sólo un 5% de ecuatorianas se ubican en esta categoría. Los datos y los testimonios presentados en el estudio ponen de manifiesto las pocas posibilidades de laborar por cuenta propia y las escasas oportunidades de movilidad ocupacional ascendente que existen en España para las mujeres, y para la población inmigrante en general.
Al comparar el grupo de ocupación en que se encontraban las inmigrantes ecuatorianas en el trabajo realizado antes de salir de su país, con el primero y último realizados en España, constatamos la degradación laboral y la subutilización de sus conocimientos y capacidades. Así, mientras en el Ecuador el 12% de mujeres se desempeñaban como profesionales, en España sólo el 2% logra hacerlo al momento de la encuesta. Las que han podido hacerlo son inmigrantes con un promedio de estudios de 16,5 años y de 9,5 años de residencia en España, lo que da cuenta de las exigencias y dificultadas para poder ascender en la estructura laboral del país ibérico. De igual forma, altos porcentajes de inmigrantes ecuatorianas laboran como obreras no calificadas, 90% al inicio y 70% luego de varios años, cifras muy superiores al 36% de mujeres que se ubicaban en este grupo en su país de origen. Hemos confirmado así nuestra hipótesis de que se produce un desperdicio de las capacidades y un descenso de las mujeres en la escala laboral en el país de destino, pues realizan trabajos manuales, monótonos y para los cuales están sobrecalificadas. Hemos visto, también, que esta situación genera sentimientos de frustración e impotencia, impactando de forma negativa en la subjetividad y autoestima femenina.
Según la información recogida, el 70% de ecuatorianas ganaba menos de 200 dólares antes de emigrar, mientras el salario promedio que tuvieron las mujeres en el primer trabajo que realizaron en España fue de 501 euros y, en el momento actual, es de 872 euros. De ahí que el 63% de mujeres haya afirmado que la principal ventaja del trabajo en España son los mayores ingresos, aunque subrayando que para lograrlo han debido realizar fuertes trabajos, laborar más de 50 horas por semana, trabajar por las noches, en feriados y en fines de semana. El estudio constata, además, que los inmigrantes hombres tienen ingresos que prácticamente duplican los de sus pares femeninas, lo que muestra la persistencia de las brechas salariales entre los sexos e, incluso, cómo éstas se profundizan entre la población inmigrante que reside en España. En conclusión, las mujeres aceptan trabajos de menor estatus o que no corresponden a su formación y aspiraciones laborales, debido a la diferencia en los ingresos entre los percibidos en el país de origen antes de partir, y los que perciben en el país de destino; y, enfrentan una discriminación basada en el género en lo relacionado con los salarios.
Las precarias condiciones se expresan, también, en la inestabilidad laboral de la población femenina inmigrante, en la alta rotación en el empleo y en la movilidad geográfica, como lo muestran los siguientes indicadores: 47% de las mujeres cambiaron su lugar de residencia por razones de trabajo, el 40% permaneció menos de 6 meses en su primer trabajo, y, de acuerdo con la Seguridad Social de España, en el año 2004, el 68% de ecuatorianos afiliados tenían contratos temporales, y el 60% sólo tiene un año o menos de antigüedad en la actividad reportada. El multiempleo es otra característica adicional de las deficientes condiciones de trabajo de las inmigrantes, pues más de la mitad de las mujeres señalaron que realizaban o habían realizado varios trabajos simultáneos, lo que se traduce en extensas y agotadoras jornadas, con poco o ningún descanso durante los feriados, las vacaciones o los fines de semana.
Otra conclusión es que la discriminación y la explotación es una realidad que con frecuencia enfrentan las inmigrantes: el 61% de las mujeres ecuatorianas reportaron haberlas sufrido en su entorno laboral, en al menos una ocasión. También 1 de cada 4 mujeres habían vivido experiencias de racismo y xenofobia en su trabajo. Desde el punto de vista de género, un ingrediente que dificulta aún más la inserción e integración de la población femenina inmigrante, es el imaginario de que son mujeres “fáciles” o dispuestas a prostituirse; percepción que saca a la luz la doble discriminación que afrontan, por ser mujeres y por ser inmigrantes.
A lo largo del trabajo hemos visto que en la valoración que hacen las mujeres sobre su experiencia migratoria hay un discurso ambiguo y ambivalente que se debate en una suerte de péndulo entre costos, ganancias, oportunidades, pérdidas, retos, amenazas y beneficios. Así, mientras valoran positivamente los ingresos y la posibilidad de ahorrar para cumplir su proyecto migratorio (tener vivienda propia, ponerse un negocio, mejorar condiciones de vida, etc.); relativizan estos logros debido a los altos costos emocionales y personales que les ha significado, como es el deterioro de las relaciones familiares, la pérdida de algunas prácticas sociales o comunitarias, y la limitación para su crecimiento y bienestar personal (bajo estatus, tiempo compartido con los hijos, libertad, redes de apoyo y solidaridad, espacios de comunicación e intercambio). En definitiva, las experiencias recogidas y analizadas dan cuenta de los costos no cuantificables, o los efectos intangibles de la migración; aquellos que no se contabilizan a la hora de evaluar los resultados de los desplazamientos humanos, desde una visión exclusivamente económica o macro estructural.
Con respecto a los efectos de la migración internacional en la economía y el mercado laboral ecuatorianos, encontramos que éstos son significativos y complejos. El más importante efecto positivo es el abultado flujo de remesas que han ascendido de 200 millones de dólares en 1993 hasta 2.916 millones en 2006, las mismas que alcanzan aproximadamente el 11,7% del PIB y constituyen el segundo rubro de generación de divisas del país, solamente por debajo de los ingresos petroleros. En el escenario del país que hemos analizado, las remesas han constituido un soporte fundamental del esquema de dolarización adoptado en 2000, un medio para equilibrar la balanza de pagos, así como una fuente de divisas que ha aliviado el servicio de la deuda externa, contrarrestado de alguna forma la disminución del gasto social, evitado un mayor empobrecimiento, y ha mejorado las condiciones de vida de los hogares que las reciben, sobre todo de los situados en el umbral de la línea de pobreza, ubicados entre 0.5 y 2 líneas de pobreza, pues los impactos directos sobre las familias en situación de extrema pobreza son bajos.
Si bien las remesas incrementan los ingresos de los hogares y pueden dinamizar las economías locales, éstas producen efectos inflacionarios, por tanto, inciden en el costo de la canasta básica, reducen el poder adquisitivo del dinero, factores que perjudican a aquellos hogares que no reciben remesas que, como muestra esta investigación no son las más pobres. Estos efectos acentúan las asimetrías socioeconómicas, principalmente en las zonas de alta y antigua migración, donde se concentran las remesas, lo que relativiza el beneficio de las remesas en cuanto a ser un motor de desarrollo equitativo.
Una conclusión adicional en torno de las remesas es que no es exacta la afirmación de que estos recursos se destinan, de forma casi exclusiva, a la subsistencia familiar y al consumo suntuario; puesto que el análisis de los datos proporcionados por las inmigrantes mostró que si bien un 40% se destina a la manutención del hogar, hay una importante inversión en salud (21%) y educación (13%) de forma particular. Además, la consulta sobre el envío de remesas eventuales para fines específicos permitió tener una visión más integral y detectar una significativa inversión en capital humano, pues el 73% de mujeres declaró haber enviado remesas para salud y señaló su permanente aporte para ofrecer mejores oportunidades educativas a su prole u otros familiares.
En definitiva, las remesas constituyen un potencial y una oportunidad en términos del desarrollo, tanto en el nivel familiar, local y del país, pero que sus efectos sean positivos o no en el mediano y largo plazo, dependerá de múltiples factores del contexto (sociales, culturales, económicos y políticos), tanto en el país de origen como en el país de destino, particularmente, de las políticas que se implementen en esa perspectiva. Además, para garantizar un desarrollo inclusivo, será necesario delinear estrategias e implementar políticas orientadas a los estratos más pobres, los cuales acceden menos a la migración y poco o nada reciben sus beneficios.
En cuanto a los efectos de la migración internacional femenina sobre el mercado laboral ecuatoriano, se puede concluir que éstos son múltiples y de distinto orden. Por una parte, la migración redujo rápidamente las tasas de desempleo y favoreció una elevación de los salarios reales para niveles de calificación medios y bajos, correspondientes a una educación formal hasta de secundaria completa (12 años). También, las remesas favorecen considerablemente las oportunidades de generación de empleo entre los estratos medios y bajos de la sociedad, y su reinversión, al menos parcial, en educación de las futuras generaciones contribuye a la formación de capital humano en el largo plazo.
No obstante, las consecuencias sobre la formación de capital humano en el Ecuador en el largo plazo son más complejas, ya que la sociedad ecuatoriana en su conjunto perdió profesionales, técnicos y mano de obra calificada en la cual había invertido, lo que disminuye la posibilidad de que sus conocimientos aporten para el desarrollo de sus localidades y del país en general. A esta situación se añade la reducción de los retornos educativos en el mercado laboral ecuatoriano, situación que no estimula la inversión en educación básica y secundaria como medios de movilidad social ascendente. La estructura del mercado laboral conduce a una polarización en la demanda de trabajadores/as. En un extremo están profesionales y con formación superior con elevados salarios; y, en el otro, una base salarial masiva, relativamente indiferenciada, de trabajadores/as con niveles bajos o intermedios de calificación, cuyos salarios poco se distancian de los niveles de subsistencia. De esta forma, el mercado laboral presenta pocos incentivos para la formación de capital humano en niveles intermedios y reduce las posibilidades de la economía para su diversificación productiva con equidad.
Además, la escasez de fuerza de trabajo calificada y semicalificada impide el aumento de la productividad, creando un círculo vicioso al limitar el desarrollo de sectores nuevos de la economía. La situación es más grave aún si consideramos que el país tiene un deficiente sistema educativo, la capacitación laboral se ha reducido y la inversión en ciencia y tecnología es mínima. Por ende, la pérdida de capital humano contrarresta significativamente los impactos positivos de la migración y erosiona las posibilidades de desarrollo del Ecuador.
* El texto publicado en este Cuaderno constituye una selección de fragmentos del libro Mujeres migrantes. Trayectoria laboral y perspectiva de desarrollo humano. CLACSO, Buenos Aires, octubre de 2010.
** Socióloga y pedagoga ecuatoriana, especialista en género y migraciones. Es magíster en Ciencias Sociales y Género. Ha publicado varios libros y artículos sobre migración femenina, mujeres refugiadas y violencia de género. En 2006 participó como oradora invitada en la Asamblea General de Naciones Unidas, en el marco del Diálogo con la sociedad civil y el sector privado sobre “Migración internacional y desarrollo”.