lunes, 28 de noviembre de 2011

La importancia del Pocho


(Una foto de Lucas Ñuka García)

La importancia del cielo

Taladra tu mirada la importancia del cielo
corazón que te fuiste para salvar el siglo.
Si yo fuera un latido de dios sobre Rosario
le daría a este mundo tu milagro de vuelta.

Todavía me enseña tu brazo generoso,
corazón que te fuiste para salvar el siglo.
Si yo fuera los pibes que dejaste en Rosario
tampoco pararía de buscarte un minuto.

Las ollas argentinas cocinan tu leyenda,
corazón que te fuiste para salvar el siglo,
cacho de pan sonriendo que nos robo la vida,
mi espíritu es un plato de tu guiso de arroz.

Maldita sea la estampa del que cegó tu historia,
corazón que te fuiste para salvar el siglo,
si yo fuera un latido de dios sobre Rosario
le desearía la muerte de muerte natural.

el Tomi

domingo, 20 de noviembre de 2011

Serás mi puta



Una esclava sexual de Gadafi cuenta su calvario en el harén del coronel

ANNICK COJEAN 20/11/2011

Tiene 22 años, es bella como un sol y está destrozada. A veces, se ríe durante unos segundos, y entonces un destello infantil ilumina un rostro arañado por la vida. "¿Cuántos años me echa?", pregunta, quitándose las gafas de sol. Espera un momento, esboza una leve sonrisa y murmura: "Yo me siento como si tuviera 40". Y le parecen muchos.
Aparta la mirada y se cubre la parte inferior del rostro con el velo negro; unas lágrimas asoman a sus ojos oscuros. "Muamar el Gadafi me ha destrozado la vida". Quiere contarlo todo. Piensa que es peligroso, pero acepta dar su testimonio durante un encuentro de varias horas en un hotel de Trípoli . Sabe que está confusa, que no encontrará palabras para describir el universo de perversión y locura en el que la precipitaron.
Pero necesita hablar. Sus recuerdos constituyen una carga demasiado pesada. "Manchas", dice ella, que le provocan pesadillas. "Por mucho que lo cuente, nadie sabrá nunca de dónde vengo ni lo que he pasado. Nadie puede imaginarlo. Nadie". Sacude la cabeza con un aire de desesperación. "Cuando vi el cadáver de Gadafi expuesto ante la muchedumbre, experimenté un breve momento de placer. Luego sentí un gusto amargo en la boca". Ella hubiera querido que Gadafi sobreviviese, que hubiera sido capturado y juzgado por un tribunal internacional. Durante todos estos meses no pensaba en otra cosa. "Me preparaba para enfrentarme a él, para preguntarle, mirándolo a los ojos: '¿Por qué? ¿Por qué me hiciste eso? ¿Por qué me violaste? ¿Por qué me golpeaste, drogaste e insultaste? ¿Por qué me enseñaste a beber y a fumar? ¿Por qué me robaste mi vida?".
Cuando su familia, originaria del este del país, se traslada a Sirte, la ciudad natal del coronel Gadafi, ella tiene cinco años. En 2004, cuando la eligen entre las alumnas del instituto para entregar un ramo de flores al Guía durante una visita al centro escolar, ella tiene 15 años. "Era un gran honor. Yo lo llamaba 'papá Muamar' y se me ponía la carne de gallina". El coronel le apoya una mano en el hombro y le acaricia el cabello lentamente. Es una señal para sus guardaespaldas que significa: "A esta la quiero". Ella lo sabrá más tarde.
Al día siguiente, tres mujeres uniformadas al servicio del dictador -Salma, Mabrouka y Feiza- se presentan en el salón de belleza que regenta su madre. "Muamar quiere verte. Desea darte unos regalos". La adolescente -llamémosla Safia- las acompaña de buen grado. "¿Cómo sospechar? Era el héroe, el príncipe de Sirte".
La conducen al desierto, donde la caravana del coronel, de 62 años, se ha instalado para una cacería. La recibe enseguida, hierático, con ojos penetrantes. La interroga sobre su familia, sobre los orígenes de su padre, de su madre, sobre sus medios económicos. Después, le pide fríamente que se quede a vivir con él. La joven está desconcertada. "Tendrás todo lo que quieras: casas, coches...". Ella se asusta, sacude la cabeza, dice amar a su familia y querer estudiar. "Yo me ocuparé de todo", responde él. "Conmigo estarás a salvo. Te aseguro que tu padre lo comprenderá". Y llama a Mabrouka para que se ocupe de la adolescente.
Durante las horas que siguen, Safia, aterrada, ve cómo le adjudican un lote de lencería y ropa sexi. Le enseñan a bailar y a desvestirse al son de la música, así como "otros deberes". Ella solloza y pide que la lleven a casa de sus padres. Mabrouka sonríe. El regreso a una vida normal no forma parte de sus opciones.
Durante las tres primeras noches, Safia baila sola ante Gadafi. Él escucha una casete de un músico "al que más tarde mandará matar". La mira, pero no la toca. Simplemente, dice: "Serás mi puta". La caravana vuelve a Sirte con Safia en el equipaje.
La noche del regreso, ya en palacio, la viola. Ella se resiste. Él le da de palos y le tira del pelo. Ella intenta huir. Mabrouka y Salma intervienen y la golpean. "Continuó durante días. Me convertí en su esclava sexual. Me violó durante cinco años".
Muy pronto se encuentra en Trípoli, en la guarida de Bab el Azizia, un complejo ultraprotegido por tres recintos de murallas en el que viven, en diversos edificios, el amo y señor de Libia, su familia, sus colaboradores y sus tropas de élite. Al principio, Safia comparte una pequeña habitación en la residencia del amo con otra joven de Bengasi, también raptada, pero que un día conseguirá huir. En la misma planta, en unos cuartos minúsculos, hay permanentemente una veintena de muchachas, la mayoría de entre 18 y 19 años, en general reclutadas por las tres emisarias. Estas tres mujeres, brutales, omnipresentes, regentan una especie de harén, en el que las chicas, camufladas como guardaespaldas, están a disposición del coronel. La mayoría solo se queda algunos meses, antes de desaparecer, una vez que el amo se cansa de ellas.
Safia sabe que es la más joven y se pasa el tiempo viendo la televisión en su cuarto. Le niegan lápiz y cuaderno. Consume las horas delante del espejo, hablando sola en voz alta y llorando. Debe estar siempre preparada, por si la llama el coronel; día y noche. Las dependencias de Gadafi están en el piso superior. Al principio, la llama constantemente. Luego, la relega en favor de otras, escogidas entre las amazonas, que a veces consienten -algunas dicen "entregarse al Guía"-, pero en su mayoría forzadas. El coronel sigue reclamándola al menos dos o tres veces por semana. Siempre violento, sádico. Safia tiene moratones, mordeduras y el pecho desgarrado. Sufre hemorragias. Gala, una enfermera ucrania, es su "única amiga". Cada semana practica extracciones de sangre a las jóvenes.
Regularmente, se celebran fiestas con modelos italianas, belgas y africanas, o con estrellas de esas películas egipcias que aprecian los hijos del coronel y otros dignatarios. Cenas, bailes, música, "orgías". En ellas, Gadafi se muestra generoso. Safia recuerda haber visto maletas llenas de euros y dólares. "Se las daba a los extranjeros, nunca a los libios". Según ella, el coronel tenía también numerosos compañeros sexuales masculinos.
Su mujer y el resto de la familia, que viven en otros edificios de Bab el Azizia, están al tanto de las costumbres del dictador. "Pero sus hijas no querían verlo en compañía de otras mujeres, así que se reunía con ellas el viernes, en su otra residencia, cerca del aeropuerto". En el jacuzzi que tiene en su habitación, y desde el que consulta su ordenador, exige juegos y masajes. Obliga a Safia a fumar, a beber whisky Black Label, a esnifar cocaína. Ella la odia. Tiene miedo. La segunda vez sufre "una sobredosis" y termina en el hospital de Bab el Azizia. Él la consume sin cesar. "Siempre estaba bajo sus efectos y nunca dormía".
En junio de 2007 la lleva a un viaje oficial de dos semanas por África. Malí, Guinea-Conakry, Sierra Leona, Costa de Marfil, Ghana. El coronel le coloca un uniforme caqui y la presenta como guardaespaldas, cosa que no es, pese a que Mabrouka la haya enseñado a recargar, desmontar, limpiar y utilizar un kaláshnikov. "El uniforme azul estaba reservado para los verdaderos guardias entrenados. En general, el uniforme caqui no era sino puro teatro".
Los padres de Safia no han tardado en conocer el destino de su hija. Su madre ha podido ir a verla una vez a palacio. A veces, Safia puede llamarla por teléfono, pero siempre bajo escucha. Le han dicho que si sus padres se quejan, los matarán. El padre está tan avergonzado que no quiere saber nada. Sin embargo, es él quien organiza la fuga de su hija. Pues, harto de verla deprimida, Gadafi la autoriza tres veces a visitar brevemente a su familia en un coche de palacio. Durante la cuarta visita, en 2009, consigue abandonar la casa disfrazada de anciana y, gracias a un cómplice en el aeropuerto, toma un avión hacia Francia.
Permanecerá allí durante un año, para luego volver a Libia, donde tendrá que esconderse, y oponerse a su madre, que quiere casarla enseguida con un viejo primo viudo; más tarde huye a Túnez y, en abril de 2011, se casa en secreto, con la esperanza de partir con su joven marido hacia Malta o Italia. La guerra los separa. Él cae gravemente herido. Safia no tendrá noticias suyas durante meses.
Ahora fuma. Llora a menudo. Se siente "destruida". Quisiera testificar ante un tribunal, pero sabe que, en su país, el oprobio sería tal que se convertirá en una paria. Su vida está en peligro. "Gadafi aún tiene partidarios". Ya no sabe adónde ir.
© Le Monde | Traducción: José Luis Sánchez-Silva

sábado, 19 de noviembre de 2011

Sobrevivientes


Ya no quedan 'playboys' como los de antes
El suicidio de Gunter Sachs puso fin a una estirpe de 'jet-setters' consagrados a seducir, derrochar y bienvivir. La escritora Maruja Torres empezó su carrera relatando sus conquistas y recuerda cómo, más allá del arquetipo machista, estos truhanes también fueron caballeros al servicio -temporal- de sus damas

MARUJA TORRES 19/11/2011

Cuando Gunther Sachs murió la primavera última y volví a escuchar la palabra playboy, pronunciada en el contexto de su biografía, una ráfaga de recuerdos periodísticos me vino a la memoria. Ciudades, fotos, nombres. Hombres con blazer cruzado y pañuelos de seda enrollados al cuello, a la manera Vilallonga en Desayuno con diamantes. Eran recuerdos de prensa rosa, porque, cuando Sachs realizaba sus hazañas con las más hermosas mujeres públicas del momento, yo trabajaba en Garbo, y los playboys, así como sus conquistas y sus métodos, formaban parte de la rutina que manejábamos en la redacción, junto con los avatares de la hija y las nietas de Franco, el destino de los Kennedy, las aventuras de los Onassis y las andanzas del principado de Mónaco. Sachs se pegó un tiro en su chalet de Gstaad, Suiza, a los 78 años, en un momento de lucidez de su alzhéimer. Era el último superviviente del ramillete de playboys de pata negra que iniciaron el movimiento -por llamarlo algo- a mitad de los cincuenta, y que tuvieron su esplendor en los sesenta. En los setenta, su mariposeo ya había sido contaminado por la frivolidad -aunque parece una redundancia- con que la prensa del corazón y la vox populi concedían el título a cualquier pichabrava que saliera más de una vez fotografiado con la misma señora. Los playboys se mezclaron con los latin lovers, así como con actores y productores cinematográficos, en un revoltillo popular que debió de ofender a los iniciales promotores de la cosa. En el mundo de hoy, reconozcamos que tan pasados de moda están los unos como los otros. Eso sí, los playboys de solera tenían clase.
Todos eran o muy ricos por familia o muy emprendedores, o las dos cosas a la vez. Y lo suyo -lo de los suyos- no eran precisamente los escrúpulos. Sachs era el heredero de la firma automovilística Opel, que en los Juegos Olímpicos de 1936 -presididos por Hitler- había presentado el modelo de coche Olympia, y que durante la II Guerra Mundial, surtió al ejército alemán con todo tipo de motores. El más viejo de todos, el boliviano Antenor Patiño, era hijo del "rey del estaño", que arruinó a los indígenas de su país, y fue embajador en Madrid y Londres. Porfirio Rubirosa, dominicano, era también diplomático, partidario y amigo íntimo del dictador Rafael Trujillo -el de La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa-, y debía su posición y su fortuna a este reconocido canalla. Francisco Baby Pignatari, quizá el más loco de todos, el más desinhibido -que es mucho decir-, era un brasileño de origen italiano que multiplicó la fortuna familiar con sus fábricas e inventos metálicos, que patentó el corte de carne "cuadrado de mandril" a la brasileña -más jugoso que el argentino- y fue uno de los fundadores de la moderna São Paulo.
Añadan a esta nómina un príncipe musulmán, Alí Khan, destinado a heredar el reinado espiritual de su padre sobre los ismaelitas -secta escindida del chiismo, cuyos fieles anualmente le daban al guía su peso, considerable, en brillantes-, que se casó con Rita Hayworth cuando era Gilda reciente, hundiéndola en la miseria, y que fue, finalmente, desposeído del título por su padre. Alí Khan murió, como Porfirio Rubirosa y el tardío playboy egipcio Dodi Al Fayed -que usaba la pensión que le pasaba su padre, el dueño de Harrods, para seducir a Lady Di-, de lo que se conocía entonces como "muerte de playboy": estrellarse con su coche -los veteranos cascaban en Ferrari-, después de una noche de juerga, en los sitios más absurdos de París; fuese el Bois de Boulogne (Rubirosa), el barrio periférico de Suresnes (Alí Khan) o el Puente del Alma (Al Fayed).
Sigan añadiendo: el dueño de la Fiat, Gianni Agnelli -sobre todo, cuando solo era heredero-, y los hoteleros Hilton. Conrad padre y Conrad hijo (conocido como Nicky, el primer marido de Elizabeth Taylor, y tío abuelo de la señorita Paris) llegaron a compartir a una habitual conquista (o al revés) de los playboys del momento: la actriz (o vaya usted a saber) de origen húngaro Zsa-Zsa Gabor, quien, por cierto, a la hora de escribir estas líneas les ha sobrevivido a todos.
Porque las mujeres viven más, no importa que sean pareja de un oficinista o de un playboy. Ahí tienen a Tita Cervera, sin ir más lejos. La baronesa pictórica es una de las grandes seducidas-seductoras que han triunfado por encima de los hombres de su vida. Cuando lo fácil habría sido que pasara del venezolano Espartaco Santoni -un playboy muy menor, pero altamente bullanguero, que terminó sus días haciendo el indio en Marbella, protegido por Gil y Gil- a otro de inferior categoría, sorprendió a todos casándose nada menos que con uno de los privilegiados miembros del ramillete original: el barón Von Thyssen, que en sus tiempos fue un punto filipino, y cuya familia también tuvo relaciones comerciales con, esto, los nazis.
Marbella: otra palabra con retranca, cuya sola mención me lleva a nuestro más genuino playboy local (al menos, nos toca la mitad), el germano-español príncipe Alfonso de Hohenlohe (y muchos títulos más: fue bautizado por Alfonso XIII en el Palacio de Oriente), el hombre que fundó el Marbella Club y que convirtió a esta localidad en un enclave del turismo millonario internacional.
Ahora conviene que les diga que la primera vez que escuché la palabra playboy fue en casa, con motivo de una "boda del año" que acababa de celebrarse. Alguna parienta trajo una revista -no había televisión, ni siquiera en blanco y negro-, y las adultas se arrojaron como hienas sobre ella. "Mira, nena, con 15 años y se ha casado con un príncipe que, además, es playboy", me aleccionó una tía (carnal), admirativa. Me sentí fatal, porque yo ya tenía 13, y no apuntaba maneras.
En aquel tiempo -estoy hablando de 1955-, el hecho de que Alfonso de Hohenlohe se casara con la princesa Ira de Fürstenberg, siendo ella una menor, a nadie le pareció política ni moralmente incorrecto. Qué suerte tiene la novia, pensaba todo el mundo. "Y él", añadían los viejos cucos. La verdad es que Ira era una niña prodigio con un cuerpazo de mujerona espectacular y unos ojos de garza sensacionales. Más adelante, resultó ser una dama prodigiosa: a los 20 años se fugó con otro playboy, el mencionado brasileño Baby Pignatari, que le doblaba la edad. Y creo que también sigue viva ahora que, por fin, todos los playboys de pata negra reposan bajo sus respectivas malvas. También Brigitte Bardot, el principal trofeo femenino de Gunther Sachs, está tan pimpante.
Muchos años más tarde, cuando yo ya ejercía el periodismo, aunque fuera rosa, me crucé en varios reportajes con Alfonso de Hohenlohe y sus túnicas. Era un hombre encantador, muy cumplido con la prensa -que por entonces no les plantábamos a los famosos la alcachofa en la boca, como ahora-, que a la sazón tenía una segunda esposa, Jackie Lane, que había sido actriz (por así decirlo), y que cobijaba en uno de sus bungalows de lujo y rodeados de césped a Lita Trujillo, casada con otro playboy (hijo del dictador Rafael Trujillo), el indescriptible Ramsés, también conocido como Ramfis.
Marbella fue el destino natural de los playboys secundarios, o de aquellos que vivían de las señoras y daban en llamarse así; o simplemente, de vividores. Allá fueron a parar discípulos tardíos del playboyismo, como el exmarido de Carolina de Mónaco, Philippe Junot -supe por una fuente que "trataba muy bien al servicio"-, el simpático Espartaco Santoni o el vivales Jaime de Mora y Aragón. Eran, ya, otros percales. De Santoni, recuerdo a una actriz española muy guapa -de los años setenta: no voy a nombrarla- que cayó en sus redes. "¿Cómo puedes?", le pregunté en privado, horrorizada. Hizo un gesto expresivo con las manos -pueden imaginarlo: el tamaño importa- y añadió: "Me manda rosas cada día y un Rolls-Royce con su chófer para recogerme. ¿Quién puede resistirse?".
Al parecer, lo de las rosas funcionaba con cierto tipo de mujer en aquella época. Gunther Sachs conquistó a Brigitte Bardot a fuerza de arrojárselas a centenares -qué agobio-, desde su avión privado, sobre la finca que la estrella francesa poseía en Saint-Tropez. Un Saint-Tropez que hoy, desnaturalizado, asaltan jeques en superyates y megamillonarios del boom financiero que ya no se esfuerzan en conquistar mujeres: compran rápido y escupen deprisa.
Los playboys de verdad habían recibido una exquisita educación en colegios europeos, frecuentaban las carreras de coches deportivos -a menudo, los pilotaban-, jugaban al polo o introducían el pádel en sociedad (Hohenlohe), y destacaban, en el mundo anterior al 68, como portadores de un cuento de hadas que, invariablemente, terminaba bruscamente con el aterrizaje de la princesa en la realidad, mientras ellos volvían a empezar.
Sin embargo, en el circuito de mujeres disponibles, cuyos nombres se repetían en el carnet de citas de estos individuos, se jugaba con reciprocidad. Linda Christian -la abuela de la desaparecida Ylenia Al Bano y Power, por definirla en lenguaje televisivo actual-, Anita Eckberg -protagonista de La dolce vita y amante, entre otros, de Agnelli-, Zsa-Zsa Gabor, Bettina y otras muchas modelos... De una forma u otra fueron recompensadas. Porque ellos podían ser truhanes pero, no lo olvidemos, también fueron caballeros al servicio -temporal- de sus damas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Quiero ser, quiero ver, quiero entrar


(En la foto Aliaa Magda Almahdy por Chef Makhlouf)


http://www.youtube.com/watch?v=oGgJcTYzYfo&feature=related


Desnudo de mujer, hombre con velo (y elecciones egipcias al caer)

Por: Nuria Tesón

El próximo 28 de noviembre está previsto que se celebren las primeras elecciones parlamentarias de la recién estrenada (y aún a prueba) democracia egipcia, tras la renuncia forzada de Hosni Mubarak. Las mujeres, como de costumbre, arrancan la carrera desde la última casilla. Hay quien defiende, y me incluyo entre ellos, que uno de los factores más importantes para el cambio social en el mundo árabe será la mujer. La mejora de su estatus, entendida como el éxito en la consecución de sus aspiraciones y demandas, y su plena incorporación en igualdad de condiciones a la esfera pública serán las que transformarán profundamente las sociedades árabes. No puede haber democracia sin ellas.
El paradigma de este nuevo discurso y de esas mujeres que no piensan permitir que se las relegue de nuevo al hogar o los servicios sociales, podría representarlo la joven Aliaa Magda Almahdy que ha encendido la polémica iniciando una campaña en Facebook contra el velo islámico, pidiendo a los hombres que suban fotografías vistiendo esta prenda que considera una imposición. Una Doria Shafik que no está dispuesta a esperar a que los políticos o la sociedad le digan que puede y ha pasado a la acción.
Una de las fotos colgadas en Facebook en respuesta a la convocatoria de Aliaa Magda Almahdy.
Por eso no se ha detenido ahí. El pasado domingo publicaba en su blog una serie de fotografías bajo el título Nude Art (Arte desnudo), donde ella misma aparecía desnuda en la primera imagen. Almahdy describe en la bitácora esta actuación como “un grito en contra de la sociedad de la violencia, el racismo, el sexismo, el acoso sexual y la hipocresía”.
Su alegato es toda una declaración de intenciones:
“Quitaos la ropa y miraos en el espejo, quemad vuestros cuerpos que desdeñáis y desprendeos de vuestros complejos sexuales para siempre, antes de lanzarme acusaciones racistas o negarme la libertad de expresión”.
Muchas de las reformas sociales que hubo en Egipto tras la revolución de 1952, como las mejoras educativas y en el ámbito de la planificación familiar, estuvieron íntimamente ligadas a las mujeres. Durante la revolución del 25 de enero las vimos codo con codo en manifestaciones y protestas. Sin embargo el paso de los meses ha demostrado como ya ocurrió en los cincuenta tras el golpe militar y el ascenso de Nasser al poder, que la adhesión de su fuerza, necesaria en el momento revolucionario, es prescindible llegada la hora de formar gobiernos o elaborar leyes.
“Era obvio para mí, que era indispensable la representación femenina en el Parlamento. Debían no sólo ser representadas, sino participar en la elaboración de las leyes. Sería la única respuesta al problema de formular leyes que no hacían avanzar la causa de las mujeres. […] Las mujeres, como la mitad de la nación, tienen que estar representadas en el Parlamento y justamente protegidas. Por qué deberían sólo los hombres representar su nación. Las mujeres deberían tener igualdad para opinar sobre las leyes que las afectarán a ellas y a sus hijos”.
Estas palabras que no han perdido validez en cincuenta años aparecen recogidas en las memorias de Doria Shafik, una feminista que pasó, desde 1.957, los últimos dieciocho años de su vida bajo arresto domiciliario por criticar cómo se había erosionado la democracia por culpa de las políticas de Nasser, antes de tirarse por la ventana en 1.975. Ahora igual que entonces es fundamental la participación de las mujeres en la elaboración de las leyes. Sin embargo, ni una sola fue incluida en el comité que elaboró el texto constitucional que se aprobó el pasado marzo en referéndum. Por esa misma razón, como protesta contra la formación de una comisión constitucional en el que no había ninguna mujer,en 1954 un grupo de mujeres con Shafik a la cabeza llevó a cabo una huelga de hambre. Lograron que se reconociera el derecho a voto para las mujeres egipcias.
Una de las primeras medidas acometidas por la Junta Militar que gobierna Egipto tras la revuelta fue eliminar la cuota femenina que había establecido el Gobierno de Mubarak en las últimas (y fraudulentas), elecciones legislativas celebradas hace exactamente un año. Por el contrario, la nueva ley electoral exige sólo que haya una mujer en las listas y la composición de las mismas es un reflejo de la sociedad. Un ejemplo: el partido liberal Wafd que presenta 570 candidatos, lleva 87 mujeres en sus listas; apenas el 15%.Tampoco el gabinete interino de transición ha experimentado grandes mejoras. Entre los nuevos ministros sólo hay una mujer que, además, es uno de los pocos miembros del antiguo régimen que sigue ostentando un cargo.
La doctora Madiha El Safty, profesora de sociología en la Universidad Americana en El Cairo, y miembro de la Alianza para las Mujeres Árabes, se muestra sin embargo optimista ante el proceso electoral. "Es cierto que no hay una representación femenina importante en la vida pública o política egipcia, pero cada vez más mujeres se incorporan con un discurso más activo". "Durante las protestas de enero y febrero estuvimos en la calle igual que los hombres y lo mismo que ellos no quieren que les roben su revolución, tampoco nosotras permitiremos que eso ocurra", afirma la doctora.
El Safty considera una paradoja que algunos de los partidos que llevan más mujeres en sus listas sean los de corte islamista y cita el ejemplo de una candidata perteneciente al partido salafista Al Nur (La Luz), que apareció al inicio de la campaña en el cartel electoral junto a sus compañeros barbudos representada por una flor. “Es el mejor ejemplo de que se las considera un adorno y un método para conseguir votos en detrimento de otros políticos laicos”, considera. La polémica, de la que se han hecho eco los diarios egipcios, llevó al partido a sustituir la flor por una foto del marido de la candidata. Una forma de preservar su intimidad, según sus compañeros, ya que ella al igual que la mayor parte de estas candidatas viste niqab, la prenda musulmana femenina que cubre todo el cuerpo menos los ojos.
"Esto no tiene ningún sentido, tanto más cuando sabemos que lo mismo entre los Hermanos Musulmanes que entre los más salafistas más radicales no se cree que las mujeres sean aptas para gobernar". "Es cierto que de cara a la galería han moderado su discurso, pero habrá que ver cómo es de sincero ese discurso si se hacen con una parte importante del Parlamento". Aunque El Safty considera preocupante para las mujeres el avance del islamismo, cree que es importante no olvidar que en los últimos seis o siete años las mujeres "se han ido incorporando poco a poco a los movimientos existentes y han ido tomando fuerza". “Debemos tener esperanza. Hemos percibido que el discurso de las mujeres se ha vuelto más… agresivo. Debemos dar una oportunidad a la democracia para ver si responde a nuestras demandas”, confía.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La inmigración violada


No solo es un abuso la violación sistemática de las inmigrantes como salvoconducto que supuestamente abriría las puertas al engañoso sueño de una vida mejor, lo es también la riesgosa necesidad del uso del anticonceptivo Depo Provera considerado por algunas ONGs de América Latina como una droga que causa daños en los huesos y problemas hormonales. Mariana Hernández Larguía (educadora social).

La ruta de las que serán violadas

Las inmigrantes centroamericanas con rumbo a EE UU saben lo que les espera en México - Un anticonceptivo inyectable simboliza su sufrimiento

CARLOS SALINAS MALDONADO - Managua - 14/11/2011

Del sufrimiento de las migrantes centroamericanas que deciden marcharse hacia Estados Unidos sabe muy bien Marcela Zamora, una cineasta salvadoreña de origen nicaragüense que cuatro veces hizo y deshizo el trayecto que día a día recorren miles de centroamericanos con la esperanza de cruzar la frontera hacia el llamado sueño americano. Se trata de una angustiosa travesía por México de 5.000 kilómetros, en la que las mujeres centroamericanas padecen todo tipo de abusos. Esas historias incluyen maltratos y violaciones, por los que estas mujeres, antes de dejar sus países, toman sus precauciones: muchas se inyectan Depo-Provera, un compuesto anticonceptivo de una sola hormona llamada medroxiprogesterona que impide la liberación del óvulo durante tres meses con una eficacia hasta del 97%. Este medicamento es vendido libremente en las farmacias centroamericanas. Algunos expertos han llamado al Depo-Provera la "inyección anti-México".
La mayoría de las personas que dejan Centroamérica para intentar llegar a EE UU son mujeres: son el 57% de los migrantes de Guatemala y el 54% de El Salvador y Honduras, según la Mesa Nacional para las Migraciones de Guatemala. Marcela Zamora cuenta que el uso de esta inyección es relativamente nuevo. En sus primeros viajes, Zamora vio que las mujeres llevaban condones, su única protección ante el abuso al que son sometidas por los llamados coyotes o polleros, las autoridades mexicanas o los bandidos que asaltan a estas mujeres y abundan en el recorrido.
Los preservativos son como amuletos a los que se aferran muchas centroamericanas. "Una mujer en la Casa del Migrante de Guatemala tenía en su bolsa como única pertenencia 12 preservativos", cuenta Argan Aragón, un especialista en migración que ha hecho el recorrido de los migrantes y se está doctorando en Sociología en La Sorbona. "Cuando se le preguntó por qué los llevaba, respondió: 'Es que yo sé a lo que voy'. Realmente saben a lo que van. Se estima que entre seis y ocho de cada 10 mujeres centroamericanas son violadas en su paso por México", asegura Aragón.
Conscientes de que no pueden evitar ser violadas, las migrantes centroamericanas deciden inyectarse Depo-Provera, así, al menos evitan quedar embarazadas producto de las violaciones. Aunque eso no las previene de enfermedades como el sida, advierte Zamora. La cineasta recuerda que en Chiapas, al sur de México, conoció la historia de un hombre que era el terror de las centroamericanas. Supuestamente portador del VIH, violaba a las mujeres impunemente. "Cometió los crímenes durante año y medio", cuenta Zamora, hasta que las autoridades de México lo detuvieron.
Además de usar Depo-Provera, las centroamericanas han optado por buscarse "maridos" en el trayecto, continúa la directora. Se unen a grupos de hombres migrantes como ellas, escogen uno y llegan con él a un acuerdo simple: protección a cambio de relaciones sexuales durante el trayecto. Otras usan su cuerpo como boleto de viaje para llegar a EE UU. "El sexo se vuelve una estrategia para ellas. Algunas cuentan que piensan librar controles de las autoridades migratorias o policiales, librar asaltos, hacerse ayudar durante el viaje o irse con un camionero de frontera a frontera, a cambio de favores sexuales", explica Aragón.
Y muchas lo logran, afirma este sociólogo. "Muchas hondureñas se visten muy sexi durante el viaje (con escotes y minifaldas), para seducir y así ir pasando los obstáculos. Conocí a una niña muy guapa, que viajaba con pollero y con toda su familia, que tenía que ir haciéndose novia de un chavo autóctono en cada camión para que la policía no le pidiera papeles a ella. También tendría que acceder a lo que le pidiera cualquier autoridad, y también se le entregaba al pollero. No sé cómo llegó a Los Ángeles, si es que llegó, pero esto ha de haber alterado su percepción de sí misma y de la de sus padres, con quien viajaba", dice Aragón.
El maltrato también viene de parte de las autoridades mexicanas, asegura Sara Lovera, periodista de ese país que ha estudiado el fenómeno. "Nadie se hace cargo de las migrantes. Ellas sufren una enorme cadena de violaciones a sus derechos humanos, y la extorsión es una de las cosas más terribles: para dejarlas pasar por México, el pago es el sexo para las autoridades", explica Lovera.
La cineasta Marcela Zamora agrega a la lista de vejaciones la extorsión a la que están sometidas por Los Zetas, la organización criminal mexicana que siembra el terror en todo el país y el norte de Centroamérica. Los Zetas, explica, secuestran a los migrantes que cruzan México y exigen a sus familiares el pago de altas sumas, que muchos no pueden entregar; si no pagan, son asesinados.
En su documental María en tierra de nadie, Zamora entrevista a una migrante que fue capturada por Los Zetas. La mujer, entre llantos, contó a la cineasta que a cambio de dejarla con vida, le exigieron que trabajara durante un mes como cocinera y empleada de un "carnicero": "Es el que mata a las personas que no tienen a nadie que responda por ellos. Destaza a la gente, los mete en un barril y les prende fuego", cuenta la mujer. "Adaptarse a esa realidad es ahora inyectarse el Depo-Provera", dice el sociólogo Argan Aragón. "Ante la absoluta desesperación e incertidumbre del viaje, las mujeres tratan de controlar lo poco que depende de ellas. Las migrantes saben que van a tener relaciones sexuales, que es muy probable que los hombres, aun en caso de relación sexual sin resistencia, no aceptarán ponerse el preservativo".


Un medicamento accesible

Para las mujeres centroamericanas es fácil acceder a un anticonceptivo como el Depo-Provera, pues ha sido usado durante décadas por las autoridades sanitarias como tratamiento de planificación familiar. En Nicaragua, clínicas como Profamilia entregan anualmente unas 15.000 inyecciones a más de 4.000 mujeres, el 80% de ellas de zonas rurales. Su uso está extendido en toda América Latina y está reconocida por la Agencia del Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés).
En Nicaragua se usa desde la década del setenta, y es el tercer método de planificación familiar más utilizado. En las farmacias de Managua se adquiere a noventa córdobas, unos tres euros. "La campesina la usa mucho, porque vive alejada de los centros de salud. Compran las cuatro inyecciones que necesitan al año y el centro de salud les explica cómo usarlas", dice Freddy Cárdenas, director de Profamilia.
Algunas ONG en América Latina, sin embargo, aseguran que se trata de una droga peligrosa, por posibles daños en los huesos y problemas hormonales, y que ha sido introducida en la región por los países ricos como método de esterilización masiva, para evitar el crecimiento de la población de las naciones pobres.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Gato con guantes


Las uñas del Gato Andrada
El juez de San Nicolás que investiga los asesinatos de Cambiaso y Pereyra Rossi entiende que ahora hay "sospechas suficientes sobre la participación" de Andrada y otros militares en el secuestro de los militantes en el bar Magnun.


Por José Maggi
El ex arquero de Central, Edgardo "Gato" Andrada, fue citado a declarar por la justicia federal el 9 de noviembre, por el secuestro y asesinato de dos militantes peronistas ocurridos en la última dictadura. El fiscal federal de San Nicolás, Juan Patricio Murray, quien investiga el secuestro y asesinato de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, fue quien logró luego de más de seis años de haberlo solicitado que el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo cite a declarar no solo al ex arquero canalla -quien fue agente del aparato de inteligencia militar- sino también al ex comisario Luis Abelardo Patti, los ex militares Reynaldo Bignone, Oscar Pascual Guerrieri, Luis Américo Muñoz y a los ex agentes de inteligencia Ariel "el Puma" Porra y Juan Andrés Cabrera, alias "el Barba". Todos están imputados por los hechos ocurridos el 14 de mayo de 1983 en el bar Magnum, en la esquina de Córdoba y Ovidio Lagos. Andrada, quien trabaja desde hace años en las inferiores de Central, en la filial Fábrica Militar de Armas, ubicada en avenida Francia al 5000 -curiosamante donde funcionó un centro clandestino de detención- estuvo anoche reunido con parte de la comisión directiva del club a quienes prometió que hoy enviará su telegrama de renuncia. 
El fiscal Murray reconoció que ayer se le notificó la resolución por la cual "se impone la detención e indagatoria de Patti, Bignone, Guerrieri, Ariel Porra y Juan Andrés Cabrera, quienes ya estaban detenidos en relación a otras causas y a disposición del TOF San Martín y del TOF de Rosario", mientras que "en relación a Andrada y Muñoz, que están eximidos de prisión, se dispuso que se los convoque a prestar declaración indagatoria pero la diferencia es que la citación les llega en libertad". 
El fiscal recordó que "tanto Andrada como Muñoz, quien era el segundo de Guerrieri en el Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario al momento de los hechos, tienen revocada su exención de prisión por resolución de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario" pero "como ambas defensas interpusieron recursos de casación, la resolución no está firme y se encuentra sujeta a los tiempos que determine la Cámara Nacional de Casación Penal". 
Murray se mostró crítico por que "recién ahora" el juez federal de San Nicolás resuelve "algo que desde la fiscalía y la querella fue planteado en marzo de 2005, es decir hace más de 6 años". 
Además remarcó que en uno de los párrafos de la resolución, el juez Villafuerte Ruzo argumentó: "Un nuevo reexamen de la causa me lleva a concluir que se ha adquirido el grado de sospechas suficientes, tanto en cuanto a la existencia del hecho como en cuanto a la participación de las personas señaladas en el mismo, como para convocarlos a prestar declaración indagatoria como imputados en la causa". 
"Hay otro imputado, el teniente coronel Víctor Hugo Rodríguez, alias Chuly, con la misma carga probatoria, sobre quien Villafuerte no se expidió", acotó el fiscal federal de San Nicolás, en alusión al presidente de la Asociación Sanmartiniana Cuna de la Bandera, que todos los años realiza el Cruce de los Andes y cuenta con el apoyo de distintos sectores como la municipalidad de Rosario, y diversos medios de comunicación locales. 
En cuanto a la continuidad de la causa y la situación de Andrada en particular, Murray adelantó que el ex arquero "tendrá que comparecer a la citación y después habrá que ver si decide hacer valer o no su derecho constitucional de ejercer su defensa material", y finalmente "esperar si resuelve declarar o no". 
"Lo que creemos desde fiscalía y desde la querella es que hay elementos suficientes para que Andrada y el resto de los imputados sean procesados por este hecho", remarcó Murray para quien "las pruebas en relación a los hechos son harto suficientes y abundantes". Además "hay pruebas documentales que se incorporaron con posterioridad a la causa y que indican claramente la responsabilidad de Andrada en los hechos". 
Entre ellas señaló "hay pruebas testimoniales como la declaración de Eduardo Costanzo", ex agente de inteligencia, que en esta causa declaró "como testigo, ya que al momento de los hechos no se encontraba en Rosario sino que se entera posteriormente cuando uno de sus amigos le cuenta y le da datos precisos de cómo, dónde y cuándo se realizó el operativo". 
"También existen legajos de militares, hay prueba documental que tiene que ver con documentos desclasificados por el departamento de Estado norteamericano que acreditan fehacientemente todos los hechos de la hipótesis que en su momento sostuvieron la fiscalía y la querella", apuntó. 
Por su parte el diputado provincial electo y secretario general del Movimiento Evita de Rosario, Eduardo Toniolli, celebró el pedido de indagatoria: "Estamos muy contentos y satisfechos con esta disposición, fundamentalmente porque es un reconocimiento a la lucha inclaudicable de dos mujeres como Gladys y Ethel Cambiaso (hermanas de Osvaldo), delos organismos de derechos humanos y de los abogados querellantes".

martes, 1 de noviembre de 2011

Mujeres sin corralito

Historias de quienes le ganaron a la crisis. En plena debacle económica asumieron una actitud optimista. Sobrevieron a deudas, entre muchas otras adversidades. Confiesan que pensaron abandonar. Ahora cuentan aquí el secreto de sus éxitos.
Aquellos días
Desocupación. 18,3% (casi 5 millones de personas) Deuda pública.
132.000 millones de dólares.
Caída de la actividad industrial.
11,6% Caída del índice de construcción. 18,1% Riesgo país.
5.000 puntos básicos.
Depósitos bancarios. US$ 67.000 millones.
Dinero disponible. 250 pesos por persona en cajeros automáticos.
Corralón. $1,40 por cada dolar.
Por Pablo Perantuono 
En un notable ensayo sobre “Guerra y paz”, Isaiah Berlin –filósofo de origen letón– se ocupa de aquello que obsesionaba a Tolstoi: la Historia sucediendo en vivo en una Moscú aniquilada por la invasión napoleónica. Dice Berlin: “Tolstoi destaca que, a partir de las heroicas proezas de Rusia posteriores al incendio de Moscú, es posible inferir que sus habitantes estaban por completo volcados en actos de sacrificio personal –para salvar el país o lamentar su destrucción, sumidos en el heroísmo, el martirio y la desesperanza–, pero en realidad no era así. Lo que preocupaba a la gente eran sus intereses personales. Quienes, como siempre, atendían sus negocios sin emociones heroicas y sin pensar en ser actores en el luminoso escenario de la historia, eran los más útiles al país y a la comunidad”.
Acaso es posible destruir una ciudad, pero no es posible extinguir su pulso. El 2001 es un tajo en la sociedad argentina: todos nos acordamos de aquellos días aciagos. Con corralito o sin él, con indignación política o no, con amigos haciendo valijas o abuelos perdiéndolo todo, no hay manera de recordar aquello sin ser invadidos por esa sensación de haber caminado por las calles de un país desmantelado. Se habían extinguido las huellas del gran plan.
¿Cómo salía de esa situación un país con 14 monedas, cinco presidentes, 39 muertos democráticos, una sociedad crispada y escéptica? Se salía, como indica la parábola de Berlin, de la única manera que el hombre de a pie sabe: trabajando para comer. Un plan simple, pero a la distancia una aventura heroica.
Hay una vieja máxima que dice que cuando las mujeres toman las calles las cosas se ponen serias. Estos cuatro ejemplos de emprendimientos que nacieron en los peores días de la crisis y que cumplieron 10 años, fueron liderados o coliderados por mujeres en su fundación. Son una peluquería para chicos, un fabricante de ropa femenina, un negocio de productos de belleza corporal y otro de ropa para chicos. Todos ellos atravesaron enormes dificultades en el comienzo –rota la cadena de pagos, inversión agotada en los primeros meses, falta de crédito y una incertidumbre del tamaño de sus sueños–, pero luego se consolidaron y hoy miran el futuro con optimismo. Hicieron lo único que sabían hacer. Esas pequeñas historias son las que escriben la gran Historia.

Elementos Esenciales
propietaria: liliana Lampuri
rubro: productos de belleza
tiene: 14 franquicias y 5 locales propios en capital federal.
fundacion: noviembre 2001
Yo venía de trabajar 20 años en Walter Thompson como publicista. A los 40 fui mamá y sentí la necesidad de estar con mi hijo y de cambiar. A los 42 renuncié a mi trabajo. Era directora. No me aferré a una cuestión monetaria. Ganaba muy bien, tenía una carrera consolidada, pero quería criar a mi hijo, no que me lo criaran. En marzo de 2001 renuncié y no sabía qué iba a hacer. Estando en Walter Thompson fui directora de cuenta de Unilever. Me gustaba todo el mundo de la mujer. En el mercado sentía que faltaba algo en relación con ese rubro. No tenía idea de qué iba a hacer. En ese momento yo estaba separada. Conozco a Ricardo, que es especialista en logística. Empezamos a salir y le dije, estoy con este proyecto. No sabía cómo llamarlo. No tenía mucha plata. Esto se hizo con ahorros. No tuvimos créditos y no sabíamos qué podía pasar con la economía. Ricardo se sumó, junto a mi hermano, que es doctor en Química. Mi primo, que es ingeniero, también. El 29 de noviembre abrimos el primer local en el Devoto Shopping y el 30 habló Cavallo por cadena nacional. Era como estar en el cielo y en el infierno. Yo decía: “Estaremos tocados por la varita o estaremos locos. Porque salimos con una propuesta de sales, de jabones, y la gente no tenía plata. Hay tres palabras: pasión, perseverancia y paciencia. Las 3 p. Ese fue nuestro secreto. Somos laburantes. Nunca dejamos de creer, pero tuvimos momentos de muchas dedudas. A los cinco años estábamos con la soga al cuello. Muchos amiso nos prestaron dinero para poder seguir. Hoy tenemos 28 empleados y estamos orgullosos.


Tijerita’s Kid
propietaria: carolina pessotti
Rubro: peluqueria para chicos.
cuenta con: 12 locales en 9 provincias.

El mismo día que cobró su retiro voluntario de una multinacional, se instauró el corralito. La mendocina Carolina Pessotti, entonces con 27 años y un recién nacido, decidió que había que aprovechar ese quiebre de su estabilidad laboral para crear un negocio. Pensó en su propia necesidad: tenía que cortarle el pelo a su bebé pero no sabía a dónde llevarlo. Cuatro meses después, en abril de 2002, abrió la peluquería para chicos Tijerita´s Kid. La inversión inicial fue toda su indemnización: 40 mil dólares, que pudo retirar en cuentagotas. Conseguir local fue lo más fácil: se instaló en un centro comercial de Godoy Cruz donde sólo estaban alquilados tres locales de los 40 disponibles. Arrancó con dos empleados y un nuevo concepto de peluquería. Los locales no tienen puerta para que los chicos entren solos, está decorado como si fuera un salón de juegos infantiles y los peluqueros visten y atienden como maestros jardineros. Los chicos juegan en los locales. El rincón de las princesas con maquillaje incluido, para ellas, y la Playstation para ellos. La empresa familiar desarrolló el sistema de franquicia,y así creció hasta los 12 locales; 3 son propios. Tijerita’s Kid está en 9 provincias; el local de Buenos Aires, se está en el centro de San Isidro. “El niño es un superconsumidor. Decide por su compra y la de sus padres”, dice Pessotti, que es licenciada en Administración de Empresas y ha logrado delegar todo el gerenciamiento. La propietaria de esta pyme familiar cuenta que les costó ver que había que apostar al volumen para crecer. Incorporaron más peluqueros y lanzaron campañas de promoción. El primer sábado que abrieron al público, hicieron 12 cortes; un año después, alcanzaron los 100 cortes diarios.

Huija
propietarios: gustavo manfre y mariana marrari
rubro: calzado y ropa femenina de autor
“Esto no se puede hacer”, repetía Gustavo Manfré. Lo hizo durante todo el primer mes de la marca. Durante el segundo la cosa se puso peor: se le caían las lágrimas, el pelo, gastaba plata. “Dejo todo, vuelvo a la relación de dependencia”, se decía a sí mismo. Pero pudo. “Fue una locura con final feliz. Al tiempo que renunciaba a mi trabajo anterior rendía mis últimas materias con gente tirándose tiros en la Plaza de Mayo. En ese contexto arrancamos. Yo nunca había emprendido nada, pero era algo que necesitaba hacer. ¿La fórmula? Mucha perseverancia…”. En 2001 Manfré se asoció con Mariana Marrari, una amiga de la infancia con diploma como diseñadora textil. La habían echado de la empresa en la que trabajaba. Se juntaron. El aportó la visión comercial; ella la creatividad, el diseño de autor. El país hizo lo suyo: tras la hecatombe económica, aparecieron mejores condiciones para las pymes.
De a poco, Huija –calzado e indumentaria de autor para mujeres– se fue consolidando. Primero fabricando para otros. Luego haciéndose fuerte como marca. Hoy tienen dos locales y van por el tercero que los asume jugando en las grandes ligas: estará en el Paseo Alcorta. El shopping mismo los vino a buscar, interesado por la propuesta “cool” y distintiva de la marca. Mariana cree que el secreto de Huija está en su propuesta: “Tenemos identidad y la gente se identifica con eso. Somos una marca divertida, festiva”.

Zupa
propietarias: Nelly Serra, Ana Masllorens y Anabella Tisser
rubro: ropa para chicos
exporta: a chile y brasil.

Siempre hay un disparador. El nacimiento de los primeros bebés de la familia hizo que Nelly Serra, Ana Masllorens y Anabella Tisser (madre, hija, cuñada) crearan Zupa a comienzos de la crisis. “Eramos importadoras de joyas, bijouterie, etc. Nacieron los niños. Pusimos una góndola en un shopping. Comprábamos a diseñadores y empezamos a hacer modelitos. Dos o tres, y los vendíamos. Empezamos a estar en las exposiciones. Nos inspiramos en los niños de la familia. Teníamos mucho colores. Cortábamos nosotros, hacíamos los moldes. Ahora nos tenemos que mudar porque esto nos queda chico. Ya nos mudamos muchas veces, siempre por el mismo motivo. Las chicas están en el diseño. Tenemos el local de la calle Florida y Viamonte. Estamos exportando a Chile y a Brasil. Y nos sentimos muy contentas de producir en el país”.