lunes, 30 de mayo de 2011

L'hora de la dona afganesa


La hora de la mujer afgana y la hora de tener bien en cuenta esta experiencia de la joven periodista Zarghuna Kargar. Un programa de radio y posteriormente un libro recopilando las historias de vida allí contadas por mujeres afganas. -Hay que sacarlo todo afuera como la primavera- cantaba Mercedes Sosa. Ahí queda eso, digo yo. Adiós. Mariana Hernández Larguía.

L'hora de la dona afganesa i l'hora de tenir bé en compte aquesta experiència de la jove periodista Zarghuna Kargar. Un programa de radi i posteriorment un llibre recopilant les històries de vida allí explicades per dones afganeses. -Cal treure-ho tot fora com la primavera- cantava Mercedes Sosa. Aquí queda això, dic jo. Fins aviat. Mariana Hernández Larguía.

'Dear Zari', historias (afganas) de la radio
Por: Ana Lorite Gómez

Dear Zari (Querida Zari) es Zarghuna Kargar (Kabul, 1982), una joven periodista afgana que entre 2005 y 2010 presentó y produjo el programa del servicio mundial de la BBC Afghan Woman’s Hour (La Hora de la Mujer Afgana), de emisión semanal. De ese programa ha nacido un libro que se acaba de publicar: Dear Zari: Hidden Stories from Women of Afghanistan (Querida Zari: historias ocultas de mujeres de Afganistán), una colección de 13 desgarradoras historias de mujeres afganas. Kargar no se limita a escribir sobre las vivencias que esas mujeres anónimas contaron en su programa, sino que se alía con ellas y se atreve a narrar su propia experiencia personal como niña refugiada que, a pesar de haber nacido en el seno de una familia liberal, fue obligada a casarse a los 16 años, matrimonio que aceptó humildemente porque quería “ser una buena hija afgana”. Durante sus cinco años de emisión, ese programa radiofónico fue un salvavidas para las mujeres de Afganistán. La parte más popular de la emisión era la dedicada a las historias de esas mujeres normales que hablaban en la radio de su lucha por la vida, sus tragedias y sus esperanzas. Millones de mujeres y hombres afganos conocían la voz de Zari e, incluso, algunos podían reconocer el rostro de la popular periodista. Su objetivo era llegar a las mujeres que vivían en áreas remotas, muchas de ellas analfabetas, con un lenguaje sencillo (en dari y en pashto, lenguas afganas). El programa no era simplemente un foro donde se proporcionaba a las mujeres información sobre sus derechos. También se hablaba de cosas cotidianas y se celebraban sus logros y se compartían sus experiencias.
Kargar y su equipo cubrieron temas controvertidos como la venta o el intercambio de niñas esposas, la violación, el honor, la virginidad, la violencia y las presiones a las que son sometidas muchas mujeres para tener un hijo varón. Algunas de las historias más terribles fueron las de las mujeres viudas y divorciadas, repudiadas por sus propias familias: “Convertirse en viuda en una sociedad tan tradicional como Afganistán supone la pérdida del derecho a hablar libremente, el derecho a vestirse como una quiera”, declaró la periodista en una entrevista de 2006, cuando se cumplió el primer año de emisión del programa. Zari cuenta que, durante ese primer año, cada vez que escuchaba las historias que estas mujeres contaban, lloraba de tristeza, de impotencia. Recuerda como un chico escribió al programa de parte de su abuela: “Mi abuela me ha pedido que escriba al programa para decirte que ella adora estas historias de mujeres porque sus vidas son como la de ella y le gusta escucharlas”.
El libro recoge 13 de estas vidas golpeadas: la de Samira, tejedora de alfombras, que tenía que drogar a sus hijos con opio para poder concentrarse en su trabajo; la de Wazma, mujer felizmente casada que, tras perder una pierna durante un bombardeo, se vio repudiada por su marido y privada del derecho de ver a su hija; o la de Anesa, obligada a casarse con un hombre homosexual (por supuesto, no reconocido) que instaló a su amante en la casa familiar. Ella nunca se atrevió a pedir el divorcio por temor a perder a sus hijos.
La situación para las mujeres en Afganistán, desde la caída de los talibanes, ha mejorado considerablemente. Aunque las mujeres ahora tienen voz, hay más de 60 parlamentarias, se sigue valorando más a los hombres, los padres todavía obligan a sus hijas a casarse en matrimonios concertados y la mayoría de las mujeres siguen dependiendo de los hombres. Zarghuna Kargar y la BBC dieron la oportunidad a estas mujeres de “escapar”, una vez por semana, de los muros de sus casas, de contar unas vidas demasiado difíciles de vivir.

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