“Su mujer está abandonando Arabia Saudí”
Los saudíes reciben SMS cuando sus esposas, hijos o
empleados dejan el país. Ellas necesitan el permiso del padre o del marido para
trabajar o viajar, y no pueden conducir
Ángeles Espinosa Dubái 30 NOV 2012 - 17:27 CET
“Su esposa ha cruzado el control de pasaportes del
aeropuerto de Riad”, avisaba el SMS del Departamento de Inmigración de Arabia
Saudí. El receptor y su mujer, que estaban a punto de coger un avión juntos, no
daban crédito. ¿A qué venía tal preocupación por parte de las autoridades? La
difusión de su caso en Twitter ha sacado a la luz el descontento de muchos
saudíes con el trato de segunda clase que el Reino del Desierto da a sus
ciudadanas.
“Las autoridades están usando la tecnología para vigilar a
las mujeres”, ha denunciado Badriya al Bishr en el diario Al Hayat. La medida
da pie a la activista para criticar “el estado de esclavitud en el que se
mantiene a las mujeres” en Arabia Saudí, un país en el que necesitan el permiso
del padre o del marido para trabajar o viajar, y el único del mundo que les
prohíbe conducir. Pero ni el sistema es nuevo ni se ha implantado para
controlarles específicamente a ellas. Los cabezas de familia reciben avisos
cada vez que sale del país uno de sus dependientes, incluidos los empleados
extranjeros bajo su patrocinio. También en otros países de la zona.
Hace un par de años que Eman al Nafjan contaba como al irse
de vacaciones descubrió que su marido recibía un mensaje en el móvil cada vez
que ella viajaba al extranjero. “Soy una mujer adulta que ha estado ganando su
propio sueldo durante más de una década, pero para el Gobierno saudí, sigo
siendo una ‘dependiente’ hasta el día que muera debido a mi sexo”, se quejaba
entonces en su blog.
La misógina
legislación saudí considera a las mujeres eternas menores de edad. Todas sin
excepción necesitan tener un mehram, guardián o custodio legal, que además del
marido, puede ser el padre, un hermano e incluso un hijo menor: cualquier varón
con quien el grado de parentesco haga imposible el matrimonio. Se las inscribe
en su carné de identidad y hasta fechas recientes no tenían derecho a tener un
DNI propio. En consecuencia, la norma que exige que los dependientes cuenten
con autorización para salir del reino, incluye a las mujeres.
Los polémicos SMS son el resultado del programa de servicios
electrónicos (denominado Absher) que el Ministerio del Interior introdujo el
pasado abril para facilitar su atención a los ciudadanos. Tras completar un
formulario que incluye el número de móvil, el nuevo sistema permite, entre
otras cosas, obtener de forma telemática el permiso de viaje para los
dependientes. Esa gestión que hasta entonces requería personarse en la oficina
de pasaportes y se reflejaba en una hoja amarilla, queda almacenada en base de
datos del Departamento de Inmigración. Cuando el autorizado pasa el control de
pasaportes, envía el aviso.
“Antes había que inscribirse para obtener ese servicio, pero
ahora cualquier [hombre] saudí con personas a su cargo recibe esos mensajes”,
explica Al Nafjan en un e-mail. Eso afecta tanto a los miembros de su familia
como a los trabajadores extranjeros cuya entrada en el país haya esponsorizado,
un controvertido sistema que las organizaciones de derechos humanos critican
periódicamente.
“¿Por qué no colocamos un microchip a nuestras mujeres
para saber dónde están?”, propone sarcásticamente un tuitero. “Si necesito un
SMS para saber que mi mujer está saliendo de Arabia Saudí, o estoy casado con
la mujer equivocada o tengo que ir al psiquiatra”, escribe otro. El debate se
ha centrado en el control sobre las esposas que permite el nuevo sistema, pero
el problema está en los valores patriarcales que hay detrás y que convierten a
los saudíes en dueños virtuales de sus mujeres y sus empleados. En Qatar o en
Emiratos Árabes Unidos, donde las autoridades alientan la participación de la
mujer en la vida pública, no se ha suscitado una discusión semejante a pesar de
contar con servicios de aviso similares.
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