jueves, 9 de octubre de 2008

Soy el Rufo y no me entrego


En agosto de 1972, el Bebe Sendic es herido en el rostro y finalmente capturado tras una balacera con miembros de la Marina en una casa del centro de Montevideo. Es en estas circunstancias fue donde se originó la versión de la famosa frase con la que recibió a sus captores. "Soy el Rufo y no me entrego", se dice que contestó según el comunicado 467 de las Fuerzas Conjuntas en la madrugada del viernes 1 de septiembre. Raul “Bebe” Sendic, quien en 1962 organizó, junto a otros militantes de la izquierda uruguaya, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, murió en Paris el 28 de abril de 1989. En una entrevista realizada por la CX36 Radio Centenario 1250 AM que mas abajo les transcribo, su hijo, el diputado Raúl Sendic del Movimiento 26 de Marzo, recuerda la importancia que adquirió aquella paradigmática frase. Yo, parafraseándolo a el, la traigo a colación para utilizarla como un talismán en los momentos difíciles, tales como los que propone esta durísima crisis financiera. Soy el Rufo y no me entrego. Mariana Hernández Larguía.

Hace 32 años yo era muy chico y estábamos festejando mi cumpleaños. Cumplo años el 29 de agosto pero no sé si era por la fecha en que caía el cumpleaños o por que razón se había corrido para el 1º de setiembre y desde hacía tiempo que siempre en casa, allá en Paysandú, era una cita ineludible el comunicado de las fuerzas Conjuntas de las 8 de la noche porque todos los días caía una cantidad de gente, compañeros, siempre escuchando este comunicado con el corazón en la boca en aquellas épocas, pensando que algún día le podía pasar algo al viejo. Justamente ese día estábamos de cumpleaños y no lo escuchamos. Vinieron con la noticia y fue tremendo. A su vez nosotros teníamos la impresión, en los primeros momentos, que la noticia que corrió fue que habían matado a Sendic en la Ciudad Vieja. Para nosotros fue un gran golpe. Después, esa frase "Soy el Rufo y no me entrego" que quiso ser negada durante mucho tiempo, se ha dicho que la frase fue una de las muchas historias que hay de Sendic, de las muchas cosas que la gente ha inventado sobre Sendic y que no era cierto, incluso se ha escrito que la frase no existió. Hace poco tuvo que salir el capitán que estaba al frente del operativo a decir que la frase existió, que Sendic en medio de aquel humo, del polvo que levantaron las balas, de aquella tremenda situación, después de haber ordenado a sus compañeros que se entregaran para salvarle la vida se arrastró por el pasillo disparando y gritando "Soy el Rufo y no me entrego". Entonces, esa frase, por lo menos para todos nosotros, se convirtió en un verdadero símbolo en aquellos tiempos en el exterior y debería cobrar cada vez mas fuerza. A nosotros que nos tocó estar fuera del país entre el 80 y el 85 y para mucha gente mas, esa frase fue un símbolo de la resistencia y de la lucha que había que dar contra la dictadura y creo que cada día cobra más fuerza porque existen fuerzas tan poderosas en contra de los cambios de verdad que necesita nuestro país y nuestra sociedad, porque la gente se siente tan desalentada en momentos tan duros que se están viviendo desde el punto de vista económico y social, porque la gente se desanima y no ve firmeza ni posibilidades reales de que vaya a haber cambios profundos, porque no solo ha ido perdiendo confianza en la derecha sino también en una buena parte de la izquierda. Es necesario que tengamos presente que en aquellos años, en aquel momento tan duro, en medio de la ciudad vieja, entre el humo, el polvo, la sangre de aquel pasillo, aquel hombre que estaba prácticamente solo, fue capaz de lanzar un grito que mostraba toda su dignidad y su decisión de ir hasta el final. Entre tanto diálogo, entre tantas conversaciones sobre las que hoy se han escrito tantos libros, entre fuerzas que eran supuestamente enemigas, entre tantas tranzas y negociaciones, se levantó aquel grito desde la Ciudad Vieja diciendo "Soy el Rufo y no me entrego", coherente con su propia historia, sus propias ideas y coherente también con el costo que había tenido para mucha gente aquella lucha, porque había gente que había seguido el mismo camino, no fue Sendic solamente el que dijo "Soy el Rufo y no me entrego" sino que fue mucha la gente que entregó su vida en distintas organizaciones de la izquierda para hacer posible el proyecto. Hasta ahí, hasta el primero de setiembre del 72 y de ahí para adelante otros muchos más. Pienso que para nosotros hoy, en un momento difícil, con todas las perspectivas que tenemos para adelante, con un triunfo casi al alcance de la mano, las posibilidades de ganar se deben convertir, en la medida que vamos avanzando, en toda una referencia permanente a aquel grito que desafió al futuro "Soy el Rufo y no me entrego".

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